Según Jorge Ruiz de Santayana, filósofo y poeta estadounidense de origen español, el que no pueda acordarse del pasado está condenado a repetirlo. Creo que todos tenemos claro que hay momentos en la vida de cada uno, que nos gustaría borrar de un plumazo y pasar página de forma definitiva. Pero como decía el poeta en cuestión, si uno se olvida de los errores es mucho más fácil repetirlos que hacer las cosas de manera correcta. A mi me gusta recordar lo hecho, con sus cosas buenas y malas, con situaciones repetidas o situaciones nuevas en ese momento, es importante acordarse de las cosas que nos han ayudado a marcar nuestro camino y no caer en esa misteriosa nebulosa de la falta de experiencias vividas por efecto de enfermedad, que seguramente sea la peor, o de nuestra propia estupidez, que también es posible.
El otro día y tras una entrada un tanto gris y escéptica por mi parte, el vallisoletano Ernesto Fernández Samaniego que jugo en aquel Juver Murcia del tan deseado y controvertido primer ascenso a la liga ACB me dejó un enlace a su blog donde en su última entrada titulada "Cambalache" terminaba con unas letras sobre el pasado, preciosas por cierto, y algunas fotos antiguas de nuestro baloncesto. Ernesto escribe muy bien y el año pasado publicó su primera novela, La Grieta del Alma, que os la recomiendo por segunda vez en este blog pues la leí casi de un tirón cuando salió publicada hace un año. Los que no escribimos también intentamos juntar las palabras adecuadas para poder explicar lo que queremos contar, encima no sabemos usar la riqueza que tiene nuestra lengua y no conseguimos, en muchos casos, dar en la tecla exacta para poder abrir nuestros sentimientos y recuerdos.
Como os contaba, que me perdido un poco, Ernesto termina su entrada con unas fotos en ese color sepia tan característico de la prensa de antaño con imágenes de Pierluigi Marzorati, Nate Davis, Tkachenko, auténticos monstruos del baloncesto a nivel europeo y mundial, y una foto mía, que ni siquiera yo recordaba, de mi época de entrenador del Juver Murcia. Digo que es de la época del Juver pues estoy sin bigote y el bigote me ayudó muchos años en Tenerife a dar una imagen de persona con más edad de la que realmente tenía. Luego llegué a Murcia y cuando sumé mi primera victoria en el banquillo del Príncipe de Asturias, contra el Tenerife de Moncho Monsalve precisamente, decidí que el bigote era un bonito recuerdo del pasado, pero que ya era historia. Quiero agradederle a Ernesto esa foto, en la que además de salir muy bien me recuerda otras épocas y otros momentos, pues me hace compartir un espacio con leyendas del baloncesto y eso siempre es agradable.
Como os decía al inicio de la entrada, el aprender del pasado es un factor importante para mejorar el futuro, aunque algunas veces y sin remedio que se le conozca, volvemos a caer en la misma piedra. Esto le pasa incluso a los más grandes, a aquellos que parece que tienen patente de corso para no equivocarse. No es verdad, esos también se equivocan y también recaen, a lo mejor menos veces, en los mismos errores cometidos anteriormente.
En el baloncesto a los entrenadores, somos de carne y hueso como el resto, nos pasa lo mismo y tendemos a recaer en antiguos errores que ya nos ha pasado factura anteriormente y aunque el sentido común sea una pieza clave de ese entramado que tenemos en el piso superior, muchas veces lo dejamos aparcado de forma habitual. Y eso lo digo, predicando con el ejemplo, es decir, en primera persona. Trataré de retomar, si el tiempo y la salud lo permite, amistades de antaño que por cualquier tonteria se perdieron, ni la amistad ni sus protagonistas se lo merecen.
Os dejo con música de cuando el que escribe tenía 20 años, música preciosa que aunque pase el tiempo siempre estará en el recuerdo. Al Stewart y su On the border del disco de 1976 que se llamaba The Year of the Cat.
El otro día y tras una entrada un tanto gris y escéptica por mi parte, el vallisoletano Ernesto Fernández Samaniego que jugo en aquel Juver Murcia del tan deseado y controvertido primer ascenso a la liga ACB me dejó un enlace a su blog donde en su última entrada titulada "Cambalache" terminaba con unas letras sobre el pasado, preciosas por cierto, y algunas fotos antiguas de nuestro baloncesto. Ernesto escribe muy bien y el año pasado publicó su primera novela, La Grieta del Alma, que os la recomiendo por segunda vez en este blog pues la leí casi de un tirón cuando salió publicada hace un año. Los que no escribimos también intentamos juntar las palabras adecuadas para poder explicar lo que queremos contar, encima no sabemos usar la riqueza que tiene nuestra lengua y no conseguimos, en muchos casos, dar en la tecla exacta para poder abrir nuestros sentimientos y recuerdos.
Como os contaba, que me perdido un poco, Ernesto termina su entrada con unas fotos en ese color sepia tan característico de la prensa de antaño con imágenes de Pierluigi Marzorati, Nate Davis, Tkachenko, auténticos monstruos del baloncesto a nivel europeo y mundial, y una foto mía, que ni siquiera yo recordaba, de mi época de entrenador del Juver Murcia. Digo que es de la época del Juver pues estoy sin bigote y el bigote me ayudó muchos años en Tenerife a dar una imagen de persona con más edad de la que realmente tenía. Luego llegué a Murcia y cuando sumé mi primera victoria en el banquillo del Príncipe de Asturias, contra el Tenerife de Moncho Monsalve precisamente, decidí que el bigote era un bonito recuerdo del pasado, pero que ya era historia. Quiero agradederle a Ernesto esa foto, en la que además de salir muy bien me recuerda otras épocas y otros momentos, pues me hace compartir un espacio con leyendas del baloncesto y eso siempre es agradable.
Como os decía al inicio de la entrada, el aprender del pasado es un factor importante para mejorar el futuro, aunque algunas veces y sin remedio que se le conozca, volvemos a caer en la misma piedra. Esto le pasa incluso a los más grandes, a aquellos que parece que tienen patente de corso para no equivocarse. No es verdad, esos también se equivocan y también recaen, a lo mejor menos veces, en los mismos errores cometidos anteriormente.
En el baloncesto a los entrenadores, somos de carne y hueso como el resto, nos pasa lo mismo y tendemos a recaer en antiguos errores que ya nos ha pasado factura anteriormente y aunque el sentido común sea una pieza clave de ese entramado que tenemos en el piso superior, muchas veces lo dejamos aparcado de forma habitual. Y eso lo digo, predicando con el ejemplo, es decir, en primera persona. Trataré de retomar, si el tiempo y la salud lo permite, amistades de antaño que por cualquier tonteria se perdieron, ni la amistad ni sus protagonistas se lo merecen.
Os dejo con música de cuando el que escribe tenía 20 años, música preciosa que aunque pase el tiempo siempre estará en el recuerdo. Al Stewart y su On the border del disco de 1976 que se llamaba The Year of the Cat.
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