Como siempre la cuerda se rompió por el lado más débil y Moncho Fernández ya no es entrenador del CB Murcia en ACB. Hacía años que no se tenía un arranque tan malo en esta competición. Para ser exactos desde la temporada 98/99, hace once temporadas, y conmigo de entrenador. Que casualidad. En aquella temporada arrancamos con un siete a uno y llegamos conmigo al uno a trece perdiendo en Badalona. En ese momento entregué mis bártulos y me fuí a mi casa, como he hecho otras veces y asumiendo mi responsabilidad de haber hecho las cosas rematadamente mal. Lo cierto es que en aquella temporada perdimos en esos trece partidos algunos de forma increíble, el Cantabria nos ganó con un triple de medio campo en carrera de Pedro Mateu, El TDK nos ganó en Manresa de seis tras irles ganando de 20 al descanso, el TAU de Scariolo nos ganó de tres en Murcia en un final no apto para cardiacos... y así unos cuantos más que me hacían no perder la ilusión por algunas semanas.
Luego te das cuenta que es engordar para morir, que si el equipo no se hace bien, que si los arbitrajes, a que me suena eso, no respetan al club, ni a ti y ni siquiera a tus jugadores, que se lo pregunten al bueno de Tony Smith, poco puedes hacer. Las dinámicas son malas compañeras en esta profesión, con los criterios o los roles de cada uno claros o difuminados, seguramente sean lo menos importante cuando te pones a perder una semana y otra después. A veces, lo digo por experiencia propia y una vez visto el cadaver pasar, ni siquiera dar ese paso hacia fuera sirve de mucho, pues cuando el tema se pone delicado ni con grandes remedios se logra mejorar.
Otras veces, en cambio, si que da resultado y entre tú trabajo y, sobretodo, el de los jugadores la cosa sale para adelante de forma espectacular. En Murcia está situación la he vivido al contrario, es decir entrar de "apagafuegos" por situación deportiva complicada y salvo en una ocasión, todas las demás salieron muy bien. Dos ascensos a la ACB por la puerta grande, una de ellas con récord de victorias consecutivas, y una casi clasificación para la Copa Korac dan fé de lo que escribo.
A Moncho Fernández, al que saludé y deseé suerte el día en que llegó a Murcia, por pura casualidad, pues comimos en la misma pizzería, no se le pueden poner muchas pegas. Creyeron en él para éste proyecto sabiendo de antemano que no tenía ninguna experiencia en ACB como primer entrenador y no pensaron que eso era un problema tras las experiencias de la pasada temporada con Ponsarnau o Guil. Alguna vez tiene que ser la primera, digo yo.
Las oportunidades se las gana uno con su trabajo y su profesionalidad en este mundo tan difícil como es el baloncesto profesional. Moncho Fernández entrenando en Leb las últimas temporadas en Los Barrios había hecho un buen trabajo y su oportunidad le llegó. Seguro que no es la última de poder entrenar en esta canibal ACB.
Deportivamente las cosas no han salido como se esperaba, el equipo es colista y supongo que la imagen de desconcierto dada en los últimos partidos con declaraciones, castigos, apariciones y desapariciones de la rotación del equipo habrá sido el motivo que los dirigentes del CB Murcia habrán esgrimido para finiquitar el contrato del gallego sin pensar mucho que cuando las cosas vienen de esa manera hay que buscar cualquier solución desde dentro. Una vez más pienso que los jugadores, independientemente de tu trabajo, son los que quitan y ponen a los entrenadores.
No creo que sea el momento de pensar en Manolo Hussein, ni en Fajardo o en Lamont Barnes, en quien hizo o dejó de hacer ésta plantilla, ni siquiera en que ahora hay que pagar a tres entrenadores profesionales al mismo tiempo. Se pagan otras cosas con menos sentido y ahí están todavía. Es el momento de que los artistas, es decir los jugadores, tengan muy claro cual es su papel en esta película y actúen lo mejor posible, ahora ya no tienen excusas de ningún tipo.
A estos artistas, a los jugadores del CB Murcia me refiero evidentemente, a los que Edu Torres les presupone su valor para jugar en esta liga, como en la cartilla que se daba antes cuando se hacía la mili en la que se decía textualmente "El valor se le supone", ahora no les queda otra que arrimar el hombro y apretarse los machos, pues el público está claro que si estaba con alguien, era con Moncho y no con ellos, por lo que cualquier salida de tono, error más o menos deportivo lo van a revisar con lupa y eso les puede acarrear una mala pasada. Tiempo al tiempo.
En mi busqueda por poneros algo de música original y que a la vez me guste os dejo con una canción muy interesante del grupo francés Noir Desir.
Le Vent Nous Portera, o lo que es lo mismo más o menos El viento nos llevará, se titula y seguro que a más de uno le dirá muchas cosas al oirla.
Luego te das cuenta que es engordar para morir, que si el equipo no se hace bien, que si los arbitrajes, a que me suena eso, no respetan al club, ni a ti y ni siquiera a tus jugadores, que se lo pregunten al bueno de Tony Smith, poco puedes hacer. Las dinámicas son malas compañeras en esta profesión, con los criterios o los roles de cada uno claros o difuminados, seguramente sean lo menos importante cuando te pones a perder una semana y otra después. A veces, lo digo por experiencia propia y una vez visto el cadaver pasar, ni siquiera dar ese paso hacia fuera sirve de mucho, pues cuando el tema se pone delicado ni con grandes remedios se logra mejorar.
Otras veces, en cambio, si que da resultado y entre tú trabajo y, sobretodo, el de los jugadores la cosa sale para adelante de forma espectacular. En Murcia está situación la he vivido al contrario, es decir entrar de "apagafuegos" por situación deportiva complicada y salvo en una ocasión, todas las demás salieron muy bien. Dos ascensos a la ACB por la puerta grande, una de ellas con récord de victorias consecutivas, y una casi clasificación para la Copa Korac dan fé de lo que escribo.
A Moncho Fernández, al que saludé y deseé suerte el día en que llegó a Murcia, por pura casualidad, pues comimos en la misma pizzería, no se le pueden poner muchas pegas. Creyeron en él para éste proyecto sabiendo de antemano que no tenía ninguna experiencia en ACB como primer entrenador y no pensaron que eso era un problema tras las experiencias de la pasada temporada con Ponsarnau o Guil. Alguna vez tiene que ser la primera, digo yo.
Las oportunidades se las gana uno con su trabajo y su profesionalidad en este mundo tan difícil como es el baloncesto profesional. Moncho Fernández entrenando en Leb las últimas temporadas en Los Barrios había hecho un buen trabajo y su oportunidad le llegó. Seguro que no es la última de poder entrenar en esta canibal ACB.
Deportivamente las cosas no han salido como se esperaba, el equipo es colista y supongo que la imagen de desconcierto dada en los últimos partidos con declaraciones, castigos, apariciones y desapariciones de la rotación del equipo habrá sido el motivo que los dirigentes del CB Murcia habrán esgrimido para finiquitar el contrato del gallego sin pensar mucho que cuando las cosas vienen de esa manera hay que buscar cualquier solución desde dentro. Una vez más pienso que los jugadores, independientemente de tu trabajo, son los que quitan y ponen a los entrenadores.
No creo que sea el momento de pensar en Manolo Hussein, ni en Fajardo o en Lamont Barnes, en quien hizo o dejó de hacer ésta plantilla, ni siquiera en que ahora hay que pagar a tres entrenadores profesionales al mismo tiempo. Se pagan otras cosas con menos sentido y ahí están todavía. Es el momento de que los artistas, es decir los jugadores, tengan muy claro cual es su papel en esta película y actúen lo mejor posible, ahora ya no tienen excusas de ningún tipo.
A estos artistas, a los jugadores del CB Murcia me refiero evidentemente, a los que Edu Torres les presupone su valor para jugar en esta liga, como en la cartilla que se daba antes cuando se hacía la mili en la que se decía textualmente "El valor se le supone", ahora no les queda otra que arrimar el hombro y apretarse los machos, pues el público está claro que si estaba con alguien, era con Moncho y no con ellos, por lo que cualquier salida de tono, error más o menos deportivo lo van a revisar con lupa y eso les puede acarrear una mala pasada. Tiempo al tiempo.
En mi busqueda por poneros algo de música original y que a la vez me guste os dejo con una canción muy interesante del grupo francés Noir Desir.
Le Vent Nous Portera, o lo que es lo mismo más o menos El viento nos llevará, se titula y seguro que a más de uno le dirá muchas cosas al oirla.
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