jueves, noviembre 14, 2013

ME GUSTA, NO ME GUSTA...

Como reza el título de esta entrada hoy voy a escribir de las cosas que me gustan y de alguna, en particular, que no me gusta nada de nada. Debe ser cosa del tiempo, del que yo tengo básicamente, el que ahora casi nada me de vergüenza de comentar y escribir, siempre intentando mantener el respeto que cada uno se ha ganado con el paso del tiempo y de sus acciones. 
No son buenos momentos a nivel emotivo, todos, y el que más o el que menos, siempre tiene mejores y peores momentos. Supongo que con la ineludible llegada del frío, eso dicen al menos los meteorólogos, y la falta de luz las cosas no se ven con la misma brillantez a la que nos acostumbramos durante tantos meses. 
El principio de esta entrada es para darles detalles de algunas cosas que me gustan mucho y que no me importa compartir con los lectores de esta bitácora tan personal que algunas veces parece más un tablero deportivo que un espacio propio donde exponer mis ideas, gustos y reflexiones. Ya lo decía el título del blog desde que empezó hace una partida de años...Espero que no sea muy aburrida y además que pueda ser un espacio por el cual se me conozca un poco más, sobretodo para los que hablan del desconocimiento. 
Que el baloncesto me gusta tanto que es parte de mi vida, eso no es ningún secreto, aunque siempre hay alguno que pueda creer que es simplemente una forma de ganarse la vida. Yo desde hace algunos años puedo ganarme muy bien la vida sin ser profesional del baloncesto y me sigue gustando lo mismo que me gustaba cuando tenía 17 años y decidí ser entrenador porque tenía muy claro que mi espacio en este deporte no podía ir ligado a seguir jugando más allá de las categorías de formación. 
Que soy una persona a la que le gusta disfrutar de los pequeños placeres de la vida, creo que es algo que los que me conocen un poco lo tienen claro. Disfruto hoy de los míos como antes pude disfrutar de los que ya no están y quería más que a mi vida, supongo que será por hacer simplemente lo que vi que hicieron conmigo los que me criaron y formaron, es decir mis padres. 
Mi familia es algo que tengo muy arraigado dentro de mi y creo que es un pilar básico en mi forma de ser y de comportarme. No quiero seguir mucho por este camino porque creo que me voy a poner demasiado entrañable y seguramente esa sea una de las partes más aburridas de lo que me gusta o deja de gustar.
Me encanta viajar, conocer nuevos sitios, en coche, en autobús, en tren, en barco en avión o en el medio que sea, viajar como lo hacen algunos sin saber muy bien el destino y solo hacerlo por el placer de estar en nuevos sitios, conocer nuevas culturas y ver como se vive en otras partes es algo que llevo muy adentro. 
Debe ser un aspecto muy intrínseco de mis orígenes en una de las islas más bonitas del mundo. 
Los canarios somos grandes amantes de viajar, aunque fuera de forma casi obligatoria hace unos años para poder subsistir, creo que debe haber canarios en casi todos los rincones del mundo.  
En esta línea podría estar escribiendo varios capítulos diferentes de entradas sobre las cosas que más me gustan, desde una buena comida o un buen vino hasta el mero hecho de hacerme los desayunos de los fines de semana en casa como si fuera un rito casi sagrado en el que me identifico mucho en como lo hacía mi padre cuando yo era un adolescente. 
Que me gusta leer, escribir o escuchar música es algo que salta a la vista y simplemente leyendo esta libreta es una conclusión fácil de sacar. Que además me gusta hacer deporte es otro aspecto tan obvio que creo que no merece muchos comentarios, esa descarga de endorfinas en la práctica de cualquier deporte no tiene casi comparación con casi nada y por eso si ahora hago spinning, antes corría o jugaba al tenis, el fondo es hacer algo si o si.
No quiero aburrir con estas cosas tan mías, alguno pensará que quiero vender una imagen que puede diferir mucho de la realidad, pero todo lo escrito hasta el momento es tan cierto como lo escribo. 
La amistad y lo que conlleva, sin otro tipo de ataduras, es otra de esas cosas que suelo llevar por delante en mi forma de comportarme y relacionarme. Soy amigo de mis amigos y creo que con eso sobra decir muchas más cosas.
Ahora y aprovechando esta larga lista de cosas que me gustan mucho o me encantan, como diría el célebre Mario Vaquerizo, voy a exponer algo que no me gusta nada y además va muy ligado a las personas y a lo que algunos entienden como amistad. Lo haré en clave de relato corto y usando nombres simulados, supongo que los que lo lean y conozcan a los personajes de la historia podrán poner el nombre real a cada uno de ellos. No es que me de miedo a los efectos colaterales, ese ya lo perdí hace tiempo, y no uso los nombres reales por si le pueden hacer daño a alguno de los implicados en esta historia o cuento que todavía tiene un final definitivo sin escribir.
Había un base, el héroe de nuestro relato y jugador de baloncesto, ese que dirige el juego de sus compañeros, que llegó a esta región hace unos años cuando el baloncesto semiprofesional era una alternativa para muchos jóvenes en nuestro país. Este base aprovechó su estancia en uno de los equipos punteros de la esta región para terminar sus estudios universitarios que todavía tenía pendiente por concluir. Ese base era, y es, un jugador de bastante calidad individual que incluso llego a ser internacional en categorías inferiores y que en ese paso por ese club de nuestra región, los ayudó a ganar un título nacional. Mientras hacia por jugar y estudiar cimentó su vida familiar en esta región y además de jugar muy bien a nivel federativo, ayudó a la universidad en donde estudiaba, a ganar un prestigio en este deporte que para una universidad relativamente joven era muy importante logrando un primer título nacional en baloncesto. Luego, terminar sus estudios primaron y aquel baloncesto semiprofesional, del que hablé antes se perdió por la consabida crisis económica de nuestro reino, casi como si fuera un cuento. 
Nuestro héroe, decidido a terminar sus estudios universitarios, antepuso estos a buscar otras oportunidades deportivas y aceptó una nueva beca para terminar la carrera que tenía a punto de finalizar. 
En esa nueva etapa con la universidad, ayuda a la misma de manera muy importante a conseguir dos títulos nacionales más y todo parece una relación idílica. 
Ahora el héroe con esos estudios terminados se busca la vida como puede con esos estudios y sigue jugando a baloncesto en otro sitio al mismo tiempo que trata de mejorar su posición profesional y académica con algunos cursos más intensivos en contados fines de semana.
Ya estamos en plena situación. Ahora resulta que el entrenador de ese equipo asciende, de forma deportiva claro está, entre otras cosas gracias a esos triunfos universitarios conseguidos con nuestro héroe en papel estelar, y resulta que llega este tiempo y coinciden en la misma competición pero en diferentes equipos. Empieza la liga y tras comprobar el calendario, el héroe le pide a su ex-entrenador, aquel que según contaba siempre le estaría agradecido por aquellos servicios prestados, el favor de cambiar el horario del partido entre los dos equipos pues el horario puesto por el equipo del entrenador es incompatible con uno de esos viajes formativos en ara de su mejora profesional. El entrenador le dice que no hay problema y que como no le va a hacer ese favor con lo bien que se ha portado siempre él, que su club lo pida oficialmente y se quedará arreglado. Hasta ahí todo idílico.
Cuando el club actual del héroe, venido a menos evidentemente, pide el favor del cambio de horario recibe una larga cambiada en forma de no se o no se a quien corresponde tomar la decisión. Nueva consulta y respuesta que el entrenador, aquel que antes llamábamos el agradecido, tiene los domingos para disfrutar de la familia y no se puede alterar la fecha que estaba prevista ni cambiar el orden porque tampoco le viene bien. Al final el partido no se cambia y el entrenador, aquel que ya no está tan agradecido evidentemente, espera sacar la máxima tajada deportiva de la baja del que un día fue su héroe y quizás también, aunque tengo serias dudas, su amigo. 
Es una historia que evidentemente no me gusta nada de nada, que tiene todo o casi todo de verdad, lo que no es exactamente verdad es porque está algo novelado pero el fondo de esta historia es absolutamente cierto y lamentable.
Alguno podrá pensar que el entrenador en cuestión ha obrado bien y en consecuencia con su forma de entender este juego, aspecto que incluso se puede considerar correcto, pero lo más cierto es que no se puede ser bueno o malo dependiendo de lo que más te interesa, eso es ser interesado, que no es lo mismo que ser desinteresado y agradecido, esa es otra forma de entender las cosas y es una más de las cosas que no me gustan nada. Como dicen en Murcia "que cada palico aguante su vela" o "que cada perrico se lame su pijico", ya está bien de aguantar falsos e interesados. Estos no me gustan nada.
Por cierto, las imágenes ilustrativas para explicar la historia, o el cuento mejor dicho, y utilizadas para poder escenificar alguna de las cosas que no me gustan, están elegidas al azar, naturalmente. Y, ojo, como casi todo lo escrito en esta libreta esto está narrado sin ninguna acritud y si alguien se da por aludido, ya sabe lo que tiene que hacer.
Amaral y su estilo tan peculiar para una entrada tan diferente para terminar, ya era hora de volver a oír su música. Esto es lo nuevo de los aragoneses que se llama Unas veces se gana y otras se pierde...

No hay comentarios: