viernes, octubre 12, 2012

EL PLACER DE LAS LETRAS

El otro día me encontré en la lista de los blogs que sigo con frecuencia, una entrada sin duda bastante interesante, Aprende baloncesto es una bitácora  de este deporte que nos apasiona que hacen dos amigos a los que no conozco personalmente, Javier y José Manuel, y su última subida la titulaban, Es bueno leer. Primero me encanta el título y luego el contenido también, para mi gusto demasiado enfocado al deporte, pero sin ninguna duda con unas recomendaciones muy interesantes. A mi me gusta leer y disfruto de la lectura en cada momento que puedo, hace una semana, más o menos, terminé El Juego del Ángel de Carlos Ruiz Zafón, una novela que salió en el año 2008 con una tirada de más de un millón de libros y que cumplió todas las expectativas como exitosa novela tras el tremendo boom de la novela anterior del mismo autor, La Sombra del Viento. Creo que tras haber leído la segunda, me pondré con la primera pues la que he leído me gustó más que mucho y me pareció con una gran capacidad para atraer mi atención, aspecto fundamental en los tiempos que corren y que son de agradecer. 
En poco tiempo me he zampado dos novelas de esas que lee todo el mundo, hace menos de un mes terminé con La Llave del Destino de Glenn Cooper y también me pareció una novela muy interesante sobre un argumento muy llamativo, ahora viene la duda de si seguir con La Sombra del Viento o volver a La Biblioteca de los Muertos del norteamericano Cooper
De esta clase de dudas, el saber lo próximo que voy a leer, también te hace estar más intuitivo y atento a todo lo que pasa a tu alrededor. Por cierto que me he puesto la opción para leer libros en el teléfono o en ordenador pero creo que seguiré leyendo en los libros en papel, en el fondo sigo siendo un clásico. 
Esto viene a colación de que no solo de baloncesto vive el hombre, en el caso de una amplia mayoría de los lectores habituales de este formato de lectura, pues necesitamos tener otros argumentos en lo que poder recrearnos en momentos en los que tenemos que hacer una pausa en nuestras vidas, o al menos a mi me lo parece.
Como escribo de lecturas es fácil seguir en esa línea y comentar otros temas que se relacionan de forma muy intrínseca pues para leer hay que escribir y no siempre lo que se escribe es para el gusto de todos. La literatura en torno al baloncesto crece, igual que ha crecido el cine y otras actividades culturales que toman nuestro juego como una excelente referencia para construir historias y novelas.
De todas formas mi capacidad de sorpresa está llegando a unos niveles en los que apenas tiene límites, cada día que pasa me encuentro con novedades o repeticiones que en unos casos sirven como un perfecto recordatorio de temas y aspectos que dejamos aparcados no se sabe muy bien porque y en otros casos te llevas sorpresas por la capacidad de exponer y presentar aspectos del baloncesto por jóvenes o no tan jóvenes entrenadores que con apenas una poca experiencia en este juego se atreven con intentar dar en la tecla que otros muchos no tuvieron la osadía de presentar. 
Ojo que lo digo sin mala intención y ni tan siquiera con sarcasmo, solo trato de explicar que hay muchos valientes ahora que aprovechan muy bien este tipo de espacio para dar mayor información general de nuestro juego o incluso de aventurarse en aspecto técnicos o tácticos que no son siempre fáciles de entender para el aficionado de a pie. 
En mi caso y tras más de 38 años años como entrenador de este deporte, se me hace muy pero que muy difícil escribir sobre aspectos del juego que no conozco o domino lo suficiente, por eso me dan cierta envidia todos esos que disponen del tiempo y de la valentía para adentrarse con frecuencia en aspectos muy puros de juego que no son nada sencillos de enseñar y trasmitir. De todas formas ya se sabe que aquel dicho de que lo importante es que hablen de uno, aunque sea mal, está siendo ricamente explotado por muchos.
Seguramente ese calor que nos sigue agobiando mezclado con el bochorno del agua que debe caer y no cae casi nunca de forma natural, es un rico aditivo para calentar cabezas y darles esa forma de ricos mercaderes de ideas, unas veces malas y otras buenas, que nos circulan por nuestras cabezas y nos hacer perder el pudor para escribir de esto y lo otro, sin saber muy bien de quien o de que estamos hablando. Y esto último lo digo en primera persona para que nadie más se pueda sentir molesto u ofendido. 
Necesitamos tener una preparación lo más apropiada posible a la que normalmente se debe sumar una experiencia, que puede ser incluso traumática, para tener el pozo y el conocimiento necesario para adentrarnos en los mil y un rompecabezas en el que nosotros, los entrenadores, transformamos este juego tan sencillo y tan simple.
Escribir de lo que he hecho o dejado de hacer durante más de los 40 años que llevo de relación con el baloncesto no es sencillo, es más, los recuerdos se entremezclan y muchas veces me confunden con fechas, nombres, equipos o resultados, es casi normal pues el disco duro donde se va archivando todos esos megas de memoria tiene una capacidad limitada por lo que muchas veces tiene que eliminar archivos para dejar espacio a los nuevos. Tengo que decir que me gusta escribir y no siempre de baloncesto, en esta bitácora he publicado artículos técnicos propios y he comentado los de otros, pero tengo que decir que lo mejor del baloncesto y sus relaciones es lo que vas sumando por el camino, lo que ves, lo que conoces a nivel de personas y sitios, las situaciones vividas, las victorias y las derrotas, lo bueno y lo malo, y así un sinfín de cosas en los que se resume la vida de cada uno, algunos cuantas muchas cosas y otros muchas menos.
Una canción estupenda que conocí gracias a un anuncio de televisión sirve para cerrar esta entrada. The Last Goodbye, en español El Último Adiós, del grupo The Kills es simplemente preciosa, totalmente recomendable.

No hay comentarios: