viernes, septiembre 21, 2012

DESUBICADO...

En los tiempos que vivimos no es nada fácil estar centrado en algunos aspectos que nos rodean y que de alguna manera nos condiciona nuestra manera de vivir. Los trabajos no son lo que eran, ni en cantidad ni en calidad, por lo que cada vez nos sentimos más rodeados por familiares, amigos y conocidos, más o menos cercanos, que no encuentran su sitio en este jodido berenjenal que nos ha tocado vivir. 
Curiosamente en el deporte y en el baloncesto pasa lo mismo y sentirse profesional o no de una especialidad determinada, no te asegura en estos momentos el tener una vía laboral con la que puedas encauzar tu vida o la de los tuyos, es duro contarlo así pero lamentablemente es real y traspasable a cualquier ámbito que conozcamos, incluidos, sin ánimo de menospreciar, funcionarios interinos y otras especies protegidas hasta hace muy poco. Buscar alternativas es el siguiente paso de casi todos y el no encontrar una solución a este dilema coloca a mucha gente en una difícil disyuntiva. 
Según la RAE, Real Academia Española, desubicado es un adjetivo usado en Bolivia, Guatemala y Venezuela que dicho de una persona significa que no se comporta de acuerdo con las circunstancias y hace o dice cosas inoportunas o inconvenientes. Antes está que es el participio del verbo desubicar, desubicar es situar algo fuera de lugar y para otros, más en la zona sur de América, es perder la orientación o desorientarse. Alguno podrá  pensar a que viene este curso de gramática española en estos momentos, es fácil, pues es la situación en la que se encuentra mucha gente y especialmente muchos amigos ahora. La vida te enseña que hay muchas veces en las que no encuentras tu sitio por las razones que sean, personales, familiares o incluso laborales, y tú seguramente seas el menos culpable. El saber donde estás y con quien estás es una parte fundamental de nuestro desarrollo y muchas veces encontrar ese  espacio no es nada sencillo, aunque muchas veces lo tengas muy cerca y lo sigas viendo extremadamente lejos.
El baloncesto durante décadas fue una fuente casi inagotable para vivir en estas tierras que recorrieron nuestros antepasados y que ahora, algunos quieren desmembrar como si fuera un simple puzzle, siempre salía algún incauto que se jugaba sus dividendos o algún ayuntamiento hacia suyas las perras de sus contribuyentes para apostar y salir en la foto de los éxitos del baloncesto. Yo, sin ir más lejos, pertenezco al grupo primero, al selecto grupo de los que encontraron su sitio gracias a que en una ciudad unos locos del baloncesto "engañaron", de forma cariñosa y amistosa claro está, a una persona que tenía ganas de invertir en un deporte nuevo y salir del estereotipo del directivo ligado por siempre al fútbol, y lo digo sabiendo perfectamente lo que digo, luego la noria irresistible del baloncesto profesional, hoy muy arriba y mañana en el lodo, era lo único malo de ser o estar con los pequeños. 

Me acostumbré a esa forma de vivir con las olas, mi mujer y mi hijo eran, y lo son todavía, el soporte más fuerte que tenía, los otros con el paso del tiempo se han ido perdiendo, unos por razones obvias de como es la vida o la edad y otros porque normalmente solo les gustaba jugar cuando la ola estaba en todo lo alto. Otros muchos han recorrido su angosto camino buscándose la vida hoy aquí y mañana allí. Esa forma y ese estilo de vida se terminó hace algún tiempo y los que siguen en ese periplo es bien porque no pueden amarrarse a otra cosa o porque simplemente no saben hacer otra cosa. Antes los dineros que existían permitían a muchos ver un futuro a corto o medio plazo con bastantes alternativas, hoy en Archena y mañana en Mérida por poner dos ejemplos, ahora eso es muy complicado y si antes habían mil viviendo así y de esta manera, hoy solo hay diez, es lo que toca y no solo me refiero a jugadores, está claro que esto también ha salpicado a muchos entrenadores y a otro tipo de personal que se había buscado la vida como había podido y te los ibas encontrando allá donde fueras en este mundo tan peculiar que es el baloncesto y sus aledaños más próximos.
Hoy ni siquiera tener estudios y carreras universitarias te aseguran nada de nada, aquellos que trataron de compatibilizar sus carreras de baloncesto con sus estudios evidentemente tienen más posibilidades de encontrar acomodos que les permita conjugar baloncesto y otras opciones laborales, no hay remedio, es lo que toca y aunque sea muy complicado es lo que permite vivir en muchos casos a muchos jóvenes y a otros que ya no lo son tanto. La imagen que acompaña es de Books and Basketball de la Washington University de St. Louis una organización que en la cuna del baloncesto, USA, tiene preocupaciones de este tipo también.
Creo, de todas formas, que esto que ahora vivimos tiene que cambiar, antes o después, y aun teniendo muy claro que volver a lo que se vivió durante muchas temporadas es imposible, supongo que se podrá llegar a una situación de mayor equilibrio y podremos vivir un baloncesto más apoyado y soportado para todos en los que los jóvenes vuelvan a tener un espacio más amplio para crecer y los que no son tan jóvenes para poder vivir con esa ayuda que evidentemente les vendrá muy bien. Como decía, aun así y esperando esa mejora, si yo pudiera dar algún consejo a los más jóvenes, les diría que estudiar y prepararse es indispensable para que en un futuro puedan encontrar el sitio que desean.

Termino esta entrada con la llegada del otoño, la tormenta tropical Nadine no termina de llegar a Canarias y a nosotros, salvo sorpresa de última hora, nos toca otro fin de semana con calor y bochorno. Tema musical muy diferente a lo oído habitualmente en este rincón,  el grupo italiano Modá y Jarabe de Palo con su éxito de estos últimos tiempos que se ha oído en Italia todo el verano, Come un pittore

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