Aprovechando el domingo lluvioso se me ha ocurrido hacer una entrada con algunas píldoras, más o menos interesantes, de asuntos relacionados de una manera u otra con el baloncesto. No tienen ningún interés en molestar a nadie, tampoco me peocupa mucho, pero son cosas que han pasado estos días y aprovecharé para contarlas.
Cuando empiezo a escribir estas líneas estoy viendo en la televisión el partido entre el Murcia y el TAU, partido igualado en el que los locales están notando la baja de Taquan Dean pero donde el acierto de Pedro Robles los mantiene en el partido. El otro día hablábamos del respeto de los árbitros, hoy voy a comentar el poco o ningún respeto de los comentaristas del Canal 7, la tele regional, la que pagamos entre todos, hacia algunos profesionales del CB Murcia, un ejemplo claro el de Chris Moss.
Conozco al narrador del partido, Iván Gómez, un periodista al que, según él, retiré del baloncesto al no elegirlo en unas pruebas de categorías inferiores hace algunos años, al que tengo en buen concepto personal y profesional, junto a él está su comentarista técnico, Luis García, el del "yessss",un bancario vecino al que también conozco personalmente, del que ya hemos hablado algunas veces, que no solo no tiene ninguna experiencia en el baloncesto en ningún papel, sino que además se atreven a juzgar, ambos, de forma sarcástica e irónica el trabajo y rendimiento de profesionales como Chris Moss.
Otras veces el blanco de sus ácidos comentarios son Thomas o Hussein, siempre hay alguien a quien rajar en canal. Hoy por ejemplo ha dicho, entre otras lindezas, que Prigioni, "el más listo de la clase" o "este es un base de verdad" por ejemplo, era el mejor base de Europa y que Papaloukas, el base griego del Olympiacos, era peor porque era un engreido, las de cervezas que se han tomado juntos. Parece increible.
Conozco al narrador del partido, Iván Gómez, un periodista al que, según él, retiré del baloncesto al no elegirlo en unas pruebas de categorías inferiores hace algunos años, al que tengo en buen concepto personal y profesional, junto a él está su comentarista técnico, Luis García, el del "yessss",un bancario vecino al que también conozco personalmente, del que ya hemos hablado algunas veces, que no solo no tiene ninguna experiencia en el baloncesto en ningún papel, sino que además se atreven a juzgar, ambos, de forma sarcástica e irónica el trabajo y rendimiento de profesionales como Chris Moss.
Otras veces el blanco de sus ácidos comentarios son Thomas o Hussein, siempre hay alguien a quien rajar en canal. Hoy por ejemplo ha dicho, entre otras lindezas, que Prigioni, "el más listo de la clase" o "este es un base de verdad" por ejemplo, era el mejor base de Europa y que Papaloukas, el base griego del Olympiacos, era peor porque era un engreido, las de cervezas que se han tomado juntos. Parece increible.
El que alguien le explique al comentarista técnico que si un jugador hace pasos y el árbitro, sea de Bilbao o sea de Leganés, los señala, no es valiente por señalarlos, es simplemente su trabajo. Eso sin entrar en matices de lo que es un pick and roll, un aclarado, una puerta atrás o un dentro-fuera. Este asunto se puede estudiar o incluso preguntar en esos mentideros de baloncesto que frecuenta de que se trata realmente cada cosa.
Ahora os voy a dejar un par de enlaces de la prensa de Murcia de esta última semana, La Verdad para ser más concretos, en dos días diferentes. Alguno se puede pregunar que tienen que ver con el baloncesto.
Pues tienen mucho que ver, pues hablan de algún aspecto no muy claro de "nuestro" club de ACB y al que pagamos todos con las subvenciones oficiales, de lo que vive de una manera u otra este año nuestro club representativo.
Futsal Management reclama al club 41.000 euros en concepto de comisiones
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Estas píldoras no sirven para mucho, lo sé, pero creo que algunos que viven en la inopia deberían darse cuenta de la cruda realidad que algunos denuncian desde hace mucho tiempo.
Otro asunto preocupante es lo duro que se está convirtiendo el tramo final de la competición para algunos clubes de nuestra Región debido a esa crisis que tanto daño está haciendo en la economía de todos los españoles.
Todos sabemos gracias a la poca información de los diferentes medios de comunicación de nuestra tierra que, por ejemplo, el CB Murcia pasa por un atolladero económico grave al no haber cobrado, todo o parte de ello, el patrocinio de Tranvimur. Claro está que el club murciano de ACB recibe más de un millón de euros en ayudas oficiales, municipales y regionales, de la que incluso una gran cantidad, en teoría, debe ir para el baloncesto de base. Aun así los problemas estrangulan sus opciones de cambios deportivos y en algunos momentos sus nóminas.
Todos sabemos gracias a la poca información de los diferentes medios de comunicación de nuestra tierra que, por ejemplo, el CB Murcia pasa por un atolladero económico grave al no haber cobrado, todo o parte de ello, el patrocinio de Tranvimur. Claro está que el club murciano de ACB recibe más de un millón de euros en ayudas oficiales, municipales y regionales, de la que incluso una gran cantidad, en teoría, debe ir para el baloncesto de base. Aun así los problemas estrangulan sus opciones de cambios deportivos y en algunos momentos sus nóminas.
El problema es aun mayor para los clubes más humildes, en categoría deportiva hablando, que va desde la Leb Bronce hasta los equipos de Primera Nacional, pasando por los de la liga EBA. Estos también reciben sus ayudas económicas, de risa si las comparamos con las del ACB, pero a las que además deben esperar casi a que se cierre la temporada para poderlas cobrar, con lo que los problemas del día a día acucian de forma grave a casi todos estos clubes que tratan de mantener el baloncesto en algunas localidades donde son referentes o incluso en Murcia donde trabajan de forma muy desigual, comparándose con el hermano grande, con los equipos de categorías inferiores. Esta situación que tampoco se refleja en los medios hace que, en muchos casos, vivan momentos desesperantes y con pocas soluciones a corto plazo.
Son malos momentos para la lírica del baloncesto, profesional o incluso amateur, pero son momentos que hay que pasar y para los que se necesita arrimar el hombro, todos, en la misma dirección.
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