



En este blog, que evidentemente no es un blog técnico, trataré de ir poniendo al día mis ideas y reflexiones sobre mi carrera deportiva y sus altibajos. Espero que no sea muy aburrida y además que pueda ser un espacio por el cual se me conozca un poco más, sobre todo para los que hablan del desconocimiento.
Creo que encontrarte un Caja Laboral tan mermado como el que ha encontrado el Ucam Murcia será muy difícil de repetirse.
Ivanovic había perdido esta semana a Goran Dragic, que prácticamente no había jugado esta temporada, y a Kevin Seraphin, uno de sus interiores más determinante, por su obligado regreso a la NBA, además San Emeterio, se lesionó el jueves frente al Olympiacos y dejaba un equipo muy mermado para visitar a un rival sensiblemente tocado por la forma de perder frente al Blusens Obradoiro.
Los de Luis Guil se pusieron el mono de trabajo en el inicio del partido y gracias a la facilidad anotadora de un inspirado Franch empezaron a marcar diferencias en el marcador. Los de Vitoria se quedaron en manos del veterano Prigioni y él se encargó de mantener a su equipo en el partido cuando mejor jugaban los locales. La incorrecta lectura de la defensa de los bloqueos directos de los visitantes por parte de la defensa local no se reflejó en el marcador y tras un primer cuarto marcado por la igualdad, 23 a 19. El Ucam Murcia puso la directa en el segundo periodo para seguir aprovechando los puntos de su base, la aportación de un sólido Sekulic y la suma de Augustine y Jordi Grimau. En los visitantes Pablo Prigioni penetraba con soltura para anotar bandejas fáciles y Oleson empezaba a enseñar su baloncesto de ataque, al descanso 42 a 31 y buenas vibraciones en la pista y en la grada.
Todo el trabajo de la primera parte se había echado por la borda en muy pocos minutos, 53 a 54 al finalizar el tercero y nadie tomó el relevo a Josep Franch.
El base argentino del Caja Laboral tomó los mandos del partido y controló de forma perfecta el “tempo” de juego, además sumó 3 triples más por ayudas largas e innecesarias de su defensor o porque sus defensores, si no cambiaban de forma directa, se empeñaban en pasar por detrás del bloqueo. Prigioni, 34 años, sentenció el partido aprovechando la ausencia de San Emeterio y haciendo su mejor partido en esta temporada.
Franch terminó con los mismos puntos que llevaba al descanso y los errores en el juego colectivo pasaron factura a un equipo que no jugaba a nada de nada y perdido en su propia ansiedad.
Una vez más mi colaboración en La Verdad sobre el partido del Ucam Murcia recibió el tijeretazo propio de una colaboración, la mía, mal medida por mi parte en palabras y extensión. No importa, siempre me queda este espacio para que se lea completamente. Que conste que este comentario previo no significa disgusto, simplemente porque entiendo que todo esto es cuestión de espacios y prioridades.
En este juego tan apasionante como es el baloncesto hay algunas reglas no escritas que se suelen cumplir a rajatabla, una de ellas es la que un equipo que juega sin base, porque no lo tiene o porque el que juega está muy lejos de los que se espera de él, suele tener muchas posibilidades de perder en un partido que se desarrolla con cierta igualdad. Otra regla que se usa bastante en estos casos es que un partido igualado se rompe por pequeños detalles que luego, visto lo visto, terminan abriendo enormes brechas.
Tras el descanso los gallegos ajustaron mucho más su defensa sobre los interiores locales, ahogándolos con las ayudas exteriores al mismo tiempo que no dejaron espacios libres para que Barlow hiciera daño desde la línea de tres puntos. Aunque el mayor problema venía de la producción ofensiva de sus dos exteriores, Ebi Ere y Washington, que tuvieron mucho espacio para penetrar y hacer puntos con los que se abrió el marcador coincidiendo con la guerra abierta con un arbitraje más que discutible.Las dos faltas de James Augustine volvieron a sentarle muy pronto en el banco en la primera parte y los de Luis Guil desaprovecharon su opción de romper el partido, 28 a 20, en la recta final del segundo cuarto. Sekulic no sacaba ventaja de su diferencia física cerca del aro y solo Matt Walsh anotaba con regularidad cuando estaba en la pista, que por cierto quizás pasó minutos de más en el banco cuando más enchufado estaba. A mí, Matt Walsh, me parece un buen jugador de equipo que pasa muy bien el balón y que es capaz de generarse sus propios tiros.
No creo que el Obradoiro Blusens sea tan superior al Ucam Murcia como se vio en la segunda parte del partido tras un primer tiempo muy igualado que terminó con empate a 32. Moncho Fernández movió con habilidad su banquillo en la primera parte buscando mantener un nivel defensivo acorde al que el partido pedía, luego exprimió al máximo los errores de los locales para ir, poco a poco, abriendo un abismo entre ambos equipos.
El 11 a 25 del tercer cuarto era el detonante para destrozar un partido que había marchado por los caminos de la igualdad. Ni la zona 3-2, ni jugar sin base y arriesgar en una defensa muy agresiva fue un problema para el Blusens que con dos triples consecutivos de Corbacho terminaron de estirar el marcador hasta los 20 puntos. El boricua Andrés Rodríguez dominó el tempo del partido y no le hizo ni falta anotar para marcar el ritmo adecuado en cada momento, junto a él Stephane Lasme, un atleta excepcional jugando de cuatro, y el canadiense Kendall dieron la puntilla a un equipo que se descompuso con demasiada rapidez ante un rival muy duro que supo exprimir al máximo sus opciones. Del arbitraje mejor ni hablar aunque la presencia de Alberto García Chápuli, director de arbitraje de la ACB, en el palco del Palacio de Deportes solo sirvió para ver otro memorable espectáculo de los mismos.