La madrugada del domingo al lunes en España o la tarde dominical en Miami se reveló como la jornada de los modestos en el baloncesto NBA. Los modestos y discretos, hasta el momento, jugadores de los Mavs de Dallas acabaron en el sexto partido, 95 a 105, con las pretenciosas ilusiones de un equipo plagado de mega-estrellas como es Miami Heat. De ayer a hoy he leído muchas cosas sobre este anillo que ha coronado a Dirk Nowitzki como el mejor europeo de la NBA y como MVP de la final NBA temporada 2010-2011, y eso que en ese decisivo partido estuvo nada más que discreto con 21 puntos y 11 rebotes, que parecen poco para lo que ha sumado en toda la serie.
Junto al alemán de casi 33 años, los cumple el día 19 de junio, volvió a salirse el veterano Jason Terry, hace 34 años el próximo septiembre, que saliendo desde el banquillo anotó 27 puntos con tres triples importantísimos, además otro veterano de lujo, 38 años, al que tuve la suerte de ver en vivo y en directo cuando era un joven universitario jugando con California frente a UCLA, Jason Kidd, demostró una vez más su capacidad de liderazgo que hizo crecer al resto de sus compañeros, José Juan Barea y Shawn Marion, en esa victoria que les daría el título NBA 2010-2011 frente a un equipo de grandes jugadores pero que sigue lejos de su potencial. Una zona 2-3, quien lo diría, de los Mavs condicionó el juego de Miami y Rick Carlisle, entrenador de los tejanos, le ganó la partida de cabo a rabo a Eric Spoelstra, joven entrenador de los Heat.
Ya lo había comentado en anteriores entradas, ahora no sigo mucho la NBA, pero creo que el triunfo de Dallas es el ejemplo del juego europeo, mucho más en equipo, frente a la filosofía de las estrellas y el juego individualista de las mismas. Es la principal razón, como entrenador, por la cual me alegra el triunfo de los tejanos que es el triunfo de unos profesionales ejemplares como Jason Kidd o Dirk Nowitzki.
Esta noche desde Bilbao el tercer partido de la serie final de la ACB, con los locales queriendo ampliar la serie un partido más, como mínimo, y un FC Barcelona con muchas ganas de terminar una temporada que no ha sido todo lo brillante que a ellos les hubiese gustado, se quedaron fuera de la final a cuatro europea, pero que les puede devolver el título de la liga con más prestigio fuera de la NBA americana.
Tal y como se ha desarrollado la serie hasta el momento creo que el factor dirección de equipo en pista, Aaron Jackson y Josh Fisher frente a Víctor Sada y Ricky Rubio, volverá a ser pieza fundamental de este rompecabezas. Otro aspecto fundamental es el estado físico de unos y otros, es decir hasta donde llegan las fuerzas de los unos, los que esperaban entrar en el playoff para hacer una buena campaña, contra la de los otros, que presumían por el mes de septiembre que estos días estarían jugando la final de la liga, el Barça.
El acierto del base Aaron Jackson delante de su público, en la anotación y en la correcta lectura del juego, es clave para que el Bilbao pueda aprovechar a sus tiradores o a sus listísimos jugadores interiores. Si el Barça es capaz de seguir comprimiendo esa vía de juego no creo que se puedan jugar más partidos, además si Víctor Sada es capaz de seguir aportando esa intensidad defensiva junto a la suma de recuperaciones, rebotes, asistencias y muchas más cosas que no se pueden medir, los de Katsikaris lo tienen muy complicado, aunque el valor de la suma de la calidad de los bilbaínos más lo que pueda aportar su magnífica afición pueden hacer el caldo de cultivo perfecto para sumar un triunfo en esta final tan inesperada. Esta noche, a las 20.45 para ser exactos, y en Teledeporte saldremos de dudas.
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