El Diccionario de la Real Academia Española registra la entrada «globalización», entendida como la «tendencia de los mercados y de las empresas a extenderse, alcanzando una dimensión mundial que sobrepasa las fronteras nacionales».
La globalización algunas veces se la relaciona equívocamente como producto de los organismos internacionales públicos como OMC, FMI y BM, sin embargo, la globalización es un proceso autónomo y un orden espontáneo ajeno a la dirección de tales organismos públicos, y que depende más bien del crecimiento económico, el avance tecnológico y la conectividad humana (transporte y telecomunicaciones).
Es discutible relacionar la globalización con una dimensión extra-económica o extra-tecnológica, pero en caso de abarcar cuestiones sociales mundiales (cultura, migración, calidad de vida, etc.) se usa el término aldea global.
En el baloncesto está claro, cuestión social enmarcada en el ámbito deportivo, la globalización la vivimos de manera incesante no solo por lo que exportamos al exterior, jugadores de la NBA o entrenadores en países del extranjero, sino también por la cantidad ingente de jugadores que recibimos, desde la propia ACB, hasta los hijos de los emigrantes en cualquier modesto club de las diferentes regiones, yo soy un poco antiguo y uso poco el término autonomías, que conforman nuestro país.
De todas formas, dentro de ese abanico que hay entre unos y otros, hay un largo y complicado mundo de situaciones diferentes, que algunas veces salen a la luz pública y otras, las más, quedan en el total anonimato.
De lo que pasa más arriba, es decir, a nivel profesional, creo que hay poco de lo que hablar o escribir, pues ya muchos han dado su opinión y de poco vale lo que yo pueda decir sobre este tema. De todas formas voy a entrar de una manera lo más rápida posible sobre esta primera situación que todos conocemos de manera más o menos directa. Yo, como entrenador profesional durante muchos años he entrenado jugadores de muy dispares sitios y rincones de este mundo que nos ha tocado vivir. Puedo decir con orgullo que he entrenado, en España claro está, jugadores que han llegado desde Australia o desde Senegal, pasando por americanos desde Canadá a la Argentina en los que entran jugadores USA, venezolanos, uruguayos, argentinos...y un montón de europeos que van desde Noruega hasta Francia pasando por Suecia, Bielorrusia, Croacia, Portugal...
La globalización algunas veces se la relaciona equívocamente como producto de los organismos internacionales públicos como OMC, FMI y BM, sin embargo, la globalización es un proceso autónomo y un orden espontáneo ajeno a la dirección de tales organismos públicos, y que depende más bien del crecimiento económico, el avance tecnológico y la conectividad humana (transporte y telecomunicaciones).
Es discutible relacionar la globalización con una dimensión extra-económica o extra-tecnológica, pero en caso de abarcar cuestiones sociales mundiales (cultura, migración, calidad de vida, etc.) se usa el término aldea global.
En el baloncesto está claro, cuestión social enmarcada en el ámbito deportivo, la globalización la vivimos de manera incesante no solo por lo que exportamos al exterior, jugadores de la NBA o entrenadores en países del extranjero, sino también por la cantidad ingente de jugadores que recibimos, desde la propia ACB, hasta los hijos de los emigrantes en cualquier modesto club de las diferentes regiones, yo soy un poco antiguo y uso poco el término autonomías, que conforman nuestro país.
De todas formas, dentro de ese abanico que hay entre unos y otros, hay un largo y complicado mundo de situaciones diferentes, que algunas veces salen a la luz pública y otras, las más, quedan en el total anonimato.
De lo que pasa más arriba, es decir, a nivel profesional, creo que hay poco de lo que hablar o escribir, pues ya muchos han dado su opinión y de poco vale lo que yo pueda decir sobre este tema. De todas formas voy a entrar de una manera lo más rápida posible sobre esta primera situación que todos conocemos de manera más o menos directa. Yo, como entrenador profesional durante muchos años he entrenado jugadores de muy dispares sitios y rincones de este mundo que nos ha tocado vivir. Puedo decir con orgullo que he entrenado, en España claro está, jugadores que han llegado desde Australia o desde Senegal, pasando por americanos desde Canadá a la Argentina en los que entran jugadores USA, venezolanos, uruguayos, argentinos...y un montón de europeos que van desde Noruega hasta Francia pasando por Suecia, Bielorrusia, Croacia, Portugal...
Los he entrenado formidables en el aspecto deportivo, como Dwayne Scales, Randy Owens, Tony Simms, Russell Cross, Esteban Pérez, Mike Phillips, Clarence Kea o Ralph McPherson entre otros, he entrenado también excelentes profesionales que siempre han cumplido con el máximo esfuerzo desde el primer hasta el último día, como Antonio Reynolds Dean, Anthony Stacey, Tony Smith, Mark Bradtke, Rubén Ariel Scolari, Fede Van Lacke, Brent Scott, Tom Gneiting, Donzel Rush, Mario Fernandes, Brett Beeson, John Blake y algunos más que seguro que se me olvidan. He entrenado incluso chavales de fuera, como Ivan Zhaunerovich, Mauricio Trasante o alguno de los que incluso, no recuerdo bien sus nombres.
Pero también está claro que me ha tocado trabajar, por error propio o compartido, con jugadores que no tenían el nivel suficiente para estar en las diferente ligas a las que vinieron a jugar, por escaso nivel deportivo o porque simplemente no eran mejores que los jugadores españoles del momento y a los que, de forma inexplicable, les quitaban un puesto de trabajo. Reconozco mis errores en este sentido.
Desde hace unos años, este problema se ha agrandado de manera espectacular con la apertura de fronteras para jugar como profesionales y para venir a tratar de ganarse la vida desde muy pronto a una España que vivía en una burbuja de bienestar económico que ha resultado ser una caldera a punto de estallar con la jodida crisis que actualmente vivimos. Yo no voy a daros nombres de jugadores que actualmente están en ACB o cualquiera de las ligas Leb sin tener el más mínimo nivel para estar ahí, que los hay es evidente, seguramente se podrían escribir más de un libro sobre la forma en que algunos vienen y van, solo por ser representados por un agente u otro, en cuestión de que equipo o entrenador controlen. Lo que si es evidente es que hay jugadores españoles nacidos en España que se ven obligados a jugar en categorías mucho más bajas de las que se merecen por el solo hecho de ser eso, españoles. Y desde luego no es ningún tópico.
Pero también está claro que me ha tocado trabajar, por error propio o compartido, con jugadores que no tenían el nivel suficiente para estar en las diferente ligas a las que vinieron a jugar, por escaso nivel deportivo o porque simplemente no eran mejores que los jugadores españoles del momento y a los que, de forma inexplicable, les quitaban un puesto de trabajo. Reconozco mis errores en este sentido.
Desde hace unos años, este problema se ha agrandado de manera espectacular con la apertura de fronteras para jugar como profesionales y para venir a tratar de ganarse la vida desde muy pronto a una España que vivía en una burbuja de bienestar económico que ha resultado ser una caldera a punto de estallar con la jodida crisis que actualmente vivimos. Yo no voy a daros nombres de jugadores que actualmente están en ACB o cualquiera de las ligas Leb sin tener el más mínimo nivel para estar ahí, que los hay es evidente, seguramente se podrían escribir más de un libro sobre la forma en que algunos vienen y van, solo por ser representados por un agente u otro, en cuestión de que equipo o entrenador controlen. Lo que si es evidente es que hay jugadores españoles nacidos en España que se ven obligados a jugar en categorías mucho más bajas de las que se merecen por el solo hecho de ser eso, españoles. Y desde luego no es ningún tópico.
Hace unos meses, coincidiendo con la celebración en Cáceres del Campeonato de España de Selecciones autonómicas en categoría cadete e infantil, pude oír muchas veces hablar sobre el número de jugadores africanos que competían con la selección cadete masculina de Canarias, luego resultó que eran tres y que había jugado y ganado la final frente a Andalucía, donde habían dos. La diferencia era que en los canarios jugaba un tal Bakary Konate que terminó con 48 puntos de valoración gracias a sus 22 puntos y 19 rebotes.
Alguno se preguntará entonces ¿Cuál es el problema? pues en teoría no hay ningún problema. Si uno se pone a investigar más a fondo se entera de que en Canarias, por la proximidad o por lo que sea, existen varias personas que se dedican pura y exclusivamente a traer a este tipo de chicos, desde infantiles a juniors, que despuntan en las escuelas de basket de sus países de origen, para una de estas dos cosas, ayudarlos a salir de entornos problemáticos y de extremada pobreza para que jueguen a lo que les gusta y se labren un futuro, del que a lo mejor ellos se benefician más adelante o en segundo lugar, los que convierten este tipo de ayudas en un puro negocio mercantilista para sacar la máxima tajada posible de chavales que nada más llegar a España, o incluso antes, ya tienen los papeles arreglados para poder jugar de forma legal en nuestro país y de paso ayudar a unos pocos a lucrarse de forma indecorosa y abusiva.
Estos días he leído varias cosas que tienen cierta consonancia con esta situación que se vive en muchos sitios.Un ejemplo, puede ser el del equipo junior masculino de Torrejón, que ha dejado fuera de la fase final junior de Madrid a un grande del baloncesto español, al menos en cantera, como es el MMT Estudiantes. Torrejón tiene a su primer equipo en Primera Nacional y este equipo junior, en su mayoría, está disputando el famoso circuito sub 20 que organiza la FEB con 5 jugadores extranjeros, entre africanos y brasileños, que han desbancado a un poder establecido como el de la cantera del Ramiro y que además ha ganado un torneo de nivel mundial como se juega en Cholet donde su figura, el brasileño Frederico Brito fue declarado MVP del torneo. ¿Quien está detrás de todo esto? Buena pregunta para quien sepa la respuesta.
Como anécdota significativa también en la Web de Muevetebasket he leído una entrevista con Javier Mújica, ala-pívot del Balneario de Archena, que dice textualmente que no se considera inferior a ningún pívot americano de los que juegan su categoría, la Leb Bronce. Creo que tiene razón, yo he visto a todos los equipos de esta categoría y alguno puede ser más alto o más fuerte, pero si que os puedo decir que ninguno es técnicamente mejor que él. Su único defecto puede ser que mida "solo" dos metros escasos. Pero es una muestra de la que vale para resumir la situación de otros tantos jugadores en Leb Bronce o en la misma EBA, se me ocurre el caso de José Antonio "Lepe" Fernández, que siguen infravalorados por los clubes y sus entrenadores que para categorías algo más altas, Lebs Oro y Plata, buscan americanos con pasaportes extrañísimos y que no saben como atarse las zapatillas o europeos con físicos envidiables pero que de este juego solo saben que se juega con un balón y no se le da patadas.
Este fin de semana se puede constatar el nivel de Múgica, como pívot nacional en una plantilla, la archenera, que se ha quedado sin extranjeros por razones deportivas y de lesiones, frente al ADM, el otro rival murciano de la Leb Bronce, que tiene hasta 4 jugadores en su plantilla no nacidos en España, tres de ellos son pívots que se las tendrán que ver con el pívot formado en la cantera del León. El ejemplo de tener no solo dos extranjeros, los permitidos por las normas, es bastante frecuente en la Leb Bronce donde hay clubes que como el ADM suman bastantes más, caso de Huelva (4), Tíjola (6), Oviedo (3), Adepal (3), Guadalajara (3), Mérida (4), ADT Tarragona (3), Ávila (3), Real Madrid (3) y Sant Josep (4). Ojo esto no significa nada, pues cada uno con sus perras. ficha a quien le de la gana, españoles, franceses, americanos o de donde quiera cada uno, es solo un dato que sirve para darnos cuenta de lo que hablamos sobre la llegada de, no solo, buenos jugadores, sino que también vienen otros que no mejoran para nada a los que se forman en un país que además es actualmente Campeón del Mundo y Subcampeón Olímpico.
Bueno, otro día seguiremos con esta historia de otros mundos y sus jugadores.
Ejemplo de globalización musical es la música que os dejo con esta entrada, Outlandish es un grupo de hip hop europeo con base en Dinamarca. Fue formado en 1997 por Isam Bachiri (danés de origen marroquí), Waqas Ali Qadri (danés de origen pakistaní) y Lenny Martínez (de Honduras). Los tres miembros son muy religiosos, siendo Isam y Waqas devotos del Islam y Lenny católico. Los sencillos de éxito incluyeron "Aicha" que fue número uno en EE.UU. y Alemania. El vídeo de "Aicha" también ganó un premio al mejor vídeo musical. "Guantanamo" también causó gran impresión en las listas europeas.
Ejemplo de globalización musical es la música que os dejo con esta entrada, Outlandish es un grupo de hip hop europeo con base en Dinamarca. Fue formado en 1997 por Isam Bachiri (danés de origen marroquí), Waqas Ali Qadri (danés de origen pakistaní) y Lenny Martínez (de Honduras). Los tres miembros son muy religiosos, siendo Isam y Waqas devotos del Islam y Lenny católico. Los sencillos de éxito incluyeron "Aicha" que fue número uno en EE.UU. y Alemania. El vídeo de "Aicha" también ganó un premio al mejor vídeo musical. "Guantanamo" también causó gran impresión en las listas europeas.
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