martes, noviembre 17, 2009

NOVIEMBRE, 23 AÑOS, 120.000 VISITAS...CIFRAS REDONDAS

Cuando se cumplen más de 120.000 entradas en mi blog, creo que serán algunas más de la forma que se puso el contador en marcha, se me vienen a la cabeza un montón de recuerdos. Nostalgia, seguramente será eso.
Según la célebre Wikipedia, la nostalgia es referida comúnmente no como una enfermedad ni un campo del estudio, sino como un sentimiento que cualquier persona normal puede tener.
La nostalgia es el sufrimiento de pensar en algo que se ha tenido y que ahora ya no se tiene. En mi caso y en ésta última reflexión nada más lejos de la realidad.

La vida pasa de manera rápida, acelerada para ser más exacto. Todo ocurre sorprendentemente, muchas veces en apenas sin darte cuenta, y cuando quieres tomar la dimensión de las cosas que van ocurriendo es demasiado tarde. Ya pasaron. Alguno pensará que con esa entrada quiero emular a algún blog que ya conocemos y empieza a ser más popular, esto no tiene nada que ver. Cuando llegan estas fechas de noviembre, cada año, me acuerdo mucho de aquel chico con 29 años que decidió saltar a la península desde su isla buscando un sueño. Las bolsas, no tenía esas maletas con ruedas tan populares hoy en día, el bigote y un saco de ilusiones eran toda mi compañía.
Cierro los ojos y recuerdo muy bien cada episodio de esos momentos, mi llegada a Murcia, mis primeras noches en el hostal del Hispano con las campanas de la Catedral como única compañía, mis primeros entrenamientos en aquel Príncipe de Asturias con suelo de goma verde, la impresión que me dió Randy Owens, mis cenas en El Corrental, mis primeros contactos con los entrenadores de Murcia, mis llamadas a casa contando a mi familia lo bien que me trataban...

Lo que iban a ser seis meses se han convertido en 23 años. El conocer a la persona que ha compartido cada momento de mi vida desde entonces, está claro que marcó el futuro de lo me podía pasar en aquel mes de diciembre, a las dos semanas de estar en Murcia, del año 1986. Hoy en el 2009 solo puedo sentirme satisfecho de cada cosa que ha pasado, buenas y no tan buenas, pues hubo de todo. En este tiempo, mi madre, de la que me acuerdo cada día, se marchó hace un par de años y mi padre sigue, ya con noventa años, con mis hermanos en Santa Cruz. Gracias, una vez más, a los dos por estar ahí, junto a él. Los recuerdos nos permiten vivir los momentos muchas veces y siempre recibí el apoyo de mi padre para hacer lo que yo quería hacer. Cuando decidí estudiar Medicina, cuando dejaba asignaturas para más adelante pues tenía un Campeonato de España juvenil o junior o un viaje de baloncesto, cuando decidí fichar por el Náutico, cuando le hablé de la proposición del Juver para ir a entrenar a Murcia. En cada momento solo encontré palabras de ánimo y apoyo, así siempre fue más fácil tomar decisiones.

Encontrar una nueva familia con la que compartir todas esas vivencias que iban llegando hizo que mis alegrías y mis pesares tuvieran una forma muy diferente a la que hubiese sido de estar solo. Marga, primero, luego Juanjo, y siempre mis suegros y cuñadas, incluso la Nany, se portaron conmigo como si fuera uno más de ellos y aunque choqué con alguna rueda de molino que todavía esta algo atravesada, el sendero me ha llevado a lo que soy ahora. Solo puedo agradecer y estar agradecido al haber podido compartir todos estos años junto a ellos.
Seguramente la medicina en Santa Cruz o en Tenerife perdió un médico más, aunque para mi todos son muy importantes, pero el deporte, profesional o de formación y el del ocio, sumó un chicharrero a su causa en esta Murcia que tanto ha cambiado para bien en estos veinte años. Son los avatares del destino.

En todo este tiempo he podido disfrutar de las cosas que mas me gustan, por eso alguno que tengo cerca me dice muchas veces que trabajar lo que se dice trabajar, hace muy poco tiempo que trabajo. Eso es sin duda una ventaja. Gracias al baloncesto conozco casi todos los rincones del país, de punta a punta y de extremo a extremo, de grandes ciudades a pequeños pueblos, de canchas de Acb en grandes capitales a pistas cubiertas en remotos pueblos de nuestra geografía, nunca se me cayó un anillo, entre otras cosas porque solo llevo la alianza de mi matrimonio y además tengo los dedos bien gordos.

El poder viajar me permitió viajar por el mundo, estar en sitios tan dispares viendo baloncesto como Atenas, Zagreb, Rotterdam, Roma, Paris y Londres, en Europa, o el poder hacer las Américas y estar en Toronto, Nueva York, Chicago, Los Ángeles, Miami, Phoenix, Cleveland, Pittsburgh, Atlanta, New Jersey, Portsmouth, White Plains, Rapid City, Toledo, Omaha, ...viendo partidos de la Ncaa, de la Nba, de la Cba, torneos de verano, campus de universitarios, campus para chicos y un sinfín de cosas relacionadas con el baloncesto. Disfrutar de algunas ciudades en la República Dominicana, de Santiago de Chile o de Lima en Perú, dando clínics para entrenadores y jugadores, ver baloncesto de primer nivel en Argentina... sin duda un mar de experiencias, momentos y vivencias que me han moldeado de la manera que soy.

En resumidas cuentas que no me puedo quejar, aunque yo soy de los que piensa que él que no llora no mama, por eso sigo o trato de seguir en la brecha. Más pausado, más tranquilo, con los pies en el suelo, sabiendo que es lo que quiero, lo que me puede hacer feliz y por consecuencia buscando en cada momento, intentando hacer más cosas, sumando, hablando, compartiendo...esa es mi vida hoy.

Hanna dice muchas cosas en su "Como la vida", algunas muy interesantes como en su estribillo,"y empecé a ser fuerte como no a ser valiente, y empecé a correr sin pensar en el ayer, y empecé a ser fuerte a llevarme la corriente, y empecé a comprender que la vida son dos días, y que el miedo no te deja andar ni ver, no te deja andar ni ver." Me gusta para terminar esta entrada.

1 comentario:

Gino dijo...

Enhorabuena por las tropecientas mil entradas...y sigue como cuentas, haciendo todo cuanto te planteas, que como ya dijo el maestro Sabina, "...no hay nostalgia peor que añorar lo que nunca jamás sucedió..."

Abrazos!