viernes, agosto 22, 2008

LA ZONA

Hay muchos entrenadores en todo el mundo que reniegan de la defensa zonal en baloncesto y hoy, en una semifinal olímpica, la tradicional, la clásica, la típica zona 2-3, además de otras cosas por supuesto, ha sido absolutamente definitiva para que España se asegure, al menos, la medalla de plata en estos Juegos Olímpicos de Pekín.

Los peores presagios se cumplieron en las molestias de Calderón y éste no pudo jugar frente a Lituania, ese era el primer problema que tenía que afrontar Aíto en el partido más importante para España hasta el momento. Esta cuestión, el entrenador, la solventó con su habitual astucia y Raül López volvió a ser el hombre que necesitaba el equipo, callando muchas bocas, incluyenda la mía, y jugando a su mejor baloncesto, el que lo llevó a jugar en Utah y el que si no hubiese sido por las múltiples lesiones que ha padecido estaría todavía jugando en la NBA. En este problema un sobresaliente para el entrenador por conseguir la motivación necesaria de un jugador con el que apenas contaba.
Luego superar la dureza presentada por los lituanos en un partido que estos afrontaron con la idea fija de controlar a Pau Gasol fuera como fuera, esto les llevó a un carrusel incensante de faltas en sus interiores y en perder de manera definitiva a uno de sus mejores hombres hasta hoy, el NBA Kleiza que confundió ser agresivo y duro con pegar a destiempo y sin ningún control.

El partido se desarrolló por el cauce que todos esperábamos, con mucha igualdad y cada equipo intentando explotar sus mejores recursos.
El seleccionador lituano rotó con habilidad a Jasikevicius, Kaukenas y Siskauskas, pero sus opciones de ganar pasaron cuando Jasaitis, con el que prácticamente no han contado esta última temporada en el TAU, entró en el partido y abrió la veda para tirar de tres puntos, en ese momento se pasó de dominar por 28 a 20 a perder por 36 a 42, luego un último arreón defensivo español y al descanso 2 abajo con 40 a 42. En este tiempo Gasol nos mantenía en el partido dominando a todos sus defensores y aunque en muchas ocasiones condicione el juego colectivo del equipo no se le puede poner ninguna pega por su entrega y calidad, Gasol incluso dió un par de veces con sus huesos en el suelo al intentar forzar situaciones de 1x1 que su defensor aprovechó para quitarse del camino y dejar caer todo el gran cuerpo del pívot español dentro de la zona. El resto bien, con un Carlos Jiménez que sumaba más intangibles, esos que nos gusta tanto a los entrenadores, que ninguno, un Rudy Fernández rozando lo perfecto en su juego, tanto ofensivo como defensivo, y un Felipe Reyes que trabajaba a destajo para el equipo.

La segunda parte empezó como terminó la primera igualdad, Jiménez controlaba y desesperaba a Siskaukas, detalle fundamental, y entonces en medio de triple va, triple viene, se llegó al último cuarto donde se le encendió la luz al seleccionador español y colocó a los suyos en una zona 2-3 , para algún listo que he leído de forma tardía, que ante el tiro exterior lituano podría parecer un disparate para otros, pero estó terminó de marcar la diferencia y a los lituanos que habían aprovechado muy bien las defensas de ayudas de España para tirar con gran acierto se les apagó la luz y España terminó por dar el zarpazo definitivo que los llevará a jugar por el oro mañana domingo. Rudy terminó a lo grande y anotó 7 puntos en la recta final del encuentro y eso junto al trabajo incansable de Pau, Felipe, Carlos y del resto, permitieron asegurar, con un 91 a 86, una medalla de plata que tras 24 años sabe a gloria.

Ahora que el grupo ha llegado donde todos querían, es decir a jugar la final olímpica, alguno todavía dice que a este grupo se le terminó la magia y lo que se ha conseguido hasta ahora es cuestión de buena defensa, rebote correcto y ataque colectivo. Está claro que hay jugadores a los que su situación profesional y personal no les ha ayudado a rendir al nivel que actitud, con "c" ojo, les pedía, pero Garbajosa jugó mucho mejor y Navarro que tiró tres bombas de fogueo en 12 minutos en la pista, disfrutaron tanto de la victoria como lo pudo hacer cualquiera de los que ha sido indispensable, y eso también es muy importante. Me quedo con el trabajo del equipo, lo valoro más que los tiempos de magia, me quedo con el rendimiento de un base de 17 años que ya no es una esperanza sino una auténtica realidad, me quedo con el trabajo de los subalternos de lujo, y me quedo con el trabajo de un entrenador que no lo ha tenido nada fácil después de los papelones hechos con Pepu Hernández, en los últimos eventos internacionales.

A nivel táctico Aito volvió a repetir las mismas cosas con las que ha jugado hasta el momento el equipo español y al final terminó con dos bases, Ricky y Raül, en el campo y Jiménez jugando de cuatro imponiendo la defensa por encima de otras cosas. Como reflexión personal y estando libre de devolver antiguos favores o deber sumisión a los de siempre, tengo que decir que me alegro por Aito y sus colaboradores, han logrado superar el Síndrome de Estocolmo que muchos preveían con la baja inesperada e injusta de Pepu a última hora y ahora hay que esperar a que mañana tempranito puedan soportar el torrente de juego libre y anárquico que desplegan gracias a su poderío físico las estrellas NBA, que se saque una buena lectura de la última derrota con ellos y que saquemos en claro lo que otros han hecho bien para ponerles algunos problemas a este equipazo americano.
Ahora esperan los estadounidenses de la NBA que hace una semana nos pasaron por arriba y que ayer no pasaron apuros para aplastar al equipo argentino. La baja de Ginobili al principio del partido condicionó en exceso el rendimiento de Argentina y aunque fueron capaces de aguantar la primera salida en tromba de USA que se puso 4 a 21, Carmelo Anthony, que hizo del partido una guerra, y Lebron James, muy centrado en todos los Juegos, marcaron las diferencias al descanso. Luego los argentinos con un Scola impresionante, la calidad de Delfino y los múltiples cambios defensivos de Sergio Hernández, zona 2-3 y caja y uno, hicieron que los americanos alcanzaran su máxima ventaja al final, 81 a 101.
Argentina jugó fiel a su estilo durante los Juegos, ataque Flex y juego por conceptos para buscar 2x2 con bloqueos directos y sus continuaciones hacia dentro, atrás mucho corazón y muchos "güevos", perdón por la ordinariez, lo dicho, fieles a su estilo.

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