Si hace una semana escribía de incertidumbre, ahora, y tras volver a casa, solo puedo escribir de realidad, de la pura realidad. De esa realidad que nos hace estar donde estamos y que cuando llega el momento, antes o después, nos hace terminar el ciclo en el que estamos inmersos, es la única ley de la vida que se cumple siempre y que no se acuerda de lo bueno que fuimos o el bien que hallamos hecho, se termina y punto final. Como muchos de los que leen este cuaderno de apuntes sabrán he pasado unos días en Tenerife acompañando a mi padre en sus últimos momentos entre nosotros, ha sido una semana que me ha parecido corta y eterna al mismo tiempo, no se muy bien como dar una explicación coherente a tantas cosas en tan poco tiempo. He podido estar con él y sentirlo cerca a pesar de su rapidísima y nefasta enfermedad, también tengo claro que si ahora está en otro sitio, seguro que estará donde están los buenos, pues él, en su larga vida, 92 años, solo hizo el bien y repartió alegría y felicidad entre los que quería, siempre con buen humor y siempre recordando cosas buenas. Estos días he escrito muchas cosas sobre él, estas esperas tienen esa desgraciada ventaja, pero creo que se quedarán para mi y para mis recuerdos, son cosas que siento como muy personales y tampoco creo que éste sea el mejor sitio para expresarlas. Solo decir que mi padre ya no está físicamente con nosotros, con todos los que lo queríamos tanto, pero que lo tengo tan dentro que estoy seguro de que siempre estará conmigo en el tramo del camino que me queda por recorrer y sus experiencias y su forma de vivir siempre estarán conmigo como un modelo de ser y de vivir.
La vida es un largo camino que suele tener un final, es una ley no escrita que todos conocemos y que de una manera u otra nos condiciona unas etapas que se van consumiendo y en el que la edad, salvo que enfermedades o accidentes se crucen en nuestra vida, nos marca un final tarde o temprano, dependiendo de muchas circunstancias. De la incertidumbre de no saber, he pasado a vivir lo que puede ser el final de una larga carrera de más de 92 años. Estos finales no son plato de gusto para nadie pero hay que aceptarlos como vienen, que remedio, de aquí, supongo, salió la famosa frase aquella del fútbol es así y que luego nos apropiamos en el baloncesto, al final la única verdad es esa, la vida es así.
Mi padre siendo un crío, estaba en la Escuela de Comercio y solo tenía 17 años, y por razones geográficas evidentes le tocó vivir una guerra y en su caso, estar en el lado de los que ganaron aquella contienda, una contienda en la que en realidad no hubieron ganadores y perdedores, pues al final de ella, todos perdieron algo. Ahora parece que queda bien decir que unos estuvieron en un lado u otro para caer mejor o peor, yo no puedo decir eso, mi padre tenía 17 años y con eso es suficiente para explicar muchas cosas. Hoy esa larga carrera de vida y llena de aventuras llegó al final para él, ha ido perdiendo amigos, a su mujer y compañera y el tiempo tampoco ha tenido piedad con él. Yo he estado a su lado y he sido testigo de ese último trayecto y ahora me acuerdo de la suerte que tuve en tener a un padre como él. Desde pequeños, tanto mis hermanos como yo, hicimos el camino que teníamos marcado y él solo intentó, con la ayuda de mi madre, que nuestra niñez fuera lo más feliz posible, trató de darnos la mejor educación que se podía dar y nos infundió unos valores y un respeto que nos ha servido siempre. Recuerdo cuando empecé mis estudios de Medicina, tenía la misma edad que él tenía cuando marchó al frente, y me dijo lo feliz que le hacía, luego el baloncesto se fue cruzando y nunca tuvo un reproche, ni siquiera el día que le dije que me iba a Murcia a entrenar, solo me deseó suerte y me dijo que mi vida era mía y yo tenía que decidir lo que era mejor para mi. Han pasado casi 25 años desde aquel consejo y ahora, cuando he estado sentado al pie de su cama viendo como se apagaba lentamente, yo solo pude intentar que sufriera lo menos posible en esa última etapa. Estas letras, que no son las últimas, son para homenajear, una vez que ya no está, a la persona que tuvo la culpa de que yo fuera como soy, de que un día me diera libertad para elegir lo que quería y lo que yo creía que era mejor para mi vida, gracias papa.
Gracias a los que han estado conmigo estos días allí, a mis hermanos, a mis tías, a mis primos y primas, a los hijos e hijas de estos últimos, a los amigos que siempre están cuando los necesitas sin preguntar nada y dando mucho y muchas gracias también a los que desde la distancia, desde Murcia o desde otras partes de España o fuera de ella, se han acordado de que un amigo no lo pasaba bien, muchas gracias a todos. Ahora la vida sigue.
El baloncesto lo he seguido en la distancia, que remedio, no he podido tener mi cabeza ni mis pensamientos en mi baloncesto, aunque el otro día recordé con viejos compañeros muchas de esas situaciones que me tocó vivir en todos esos años en los jugué y entrené en mi tierra, es de las pocas cosas buenas que se presentan con estos temas, el poder estar con viejos amigos que dan ese paso al frente cuando creen que deben de darlo. Mis años en las Escuelas Pías, mis años como jugador en el Tenerife primero y luego en el Juventud Laguna, mis inicios como entrenador en juveniles al mismo tiempo que jugaba en juniors, mis años en el Náutico y más que nada todos aquellos con los que viví esas experiencias. Ahora en Tenerife se quedan mis padres, mañana ya estarán juntos otra vez, se quedan mis hermanos, el resto de mi familia y muchos de mis amigos, espero poder seguir cruzando el charco con regularidad y poder estrecharme en un abrazo con todos ellos.
Siento que para algunos lectores de esta bitácora, esta entrada sea tan personal y con tan poco baloncesto, pero era de lo poco que me apetecía escribir, espero ponerme las pilas pronto y en un par de días volver a nuestra rutina más cestista.
Siento que para algunos lectores de esta bitácora, esta entrada sea tan personal y con tan poco baloncesto, pero era de lo poco que me apetecía escribir, espero ponerme las pilas pronto y en un par de días volver a nuestra rutina más cestista.
15 comentarios:
Maravillosa despedida para un hombre estupendo, muchos besos Felipe, en ti hay parte de tu padre, y eso siempre irá contigo
Buenas tardes, Felipe.
En mi nombre y en el de mis hermanos queremos hacerte llegar nuestro más sincero pésame por el fallecimiento de tu padre.
Un fuerte abrazo de Fernando Martínez.
Siento mucho el fallecimiento de tu padre. Un abrazo,
Juan de Dios Martínez
Mi más sentido pésame para toda la familia Coello.
...traigo
sangre
de
la
tarde
herida
en
la
mano
y
una
vela
de
mi
corazón
para
invitarte
y
darte
este
alma
que
viene
para
compartir
contigo
tu
bello
blog
con
un
ramillete
de
oro
y
claveles
dentro...
desde mis
HORAS ROTAS
Y AULA DE PAZ
COMPARTIENDO ILUSION
MI BALONCESTO
CON saludos de la luna al
reflejarse en el mar de la
poesía...
ESPERO SEAN DE VUESTRO AGRADO EL POST POETIZADO DE CHAPLIN MONOCULO NOMBRE DE LA ROSA, ALBATROS GLADIATOR, ACEBO CUMBRES BORRASCOSAS, ENEMIGO A LAS PUERTAS, CACHORRO, FANTASMA DE LA OPERA, BLADE RUUNER ,CHOCOLATE Y CREPUSCULO 1 Y2.
José
Ramón...
Recuerdos, entradas muy personales…al final, Felipe, los recuerdos son parte del futuro, también tu padre, aunque pienses, todos los hemos pensado, que con pérdida de un ser querido finaliza una relación de amor y de las pequeñas cosas que alegran éste, en el fondo, triste mundo. Alguna vez escribiste que te acordabas de tu madre y de “sus cosas”. Ahora tu padre también ha pasado a ser parte de tu ser, de tus sentimientos, de tus alegrías y de tus penas. Ya no vive en Tenerife, ha mudado a tu corazón y dialoga con tu madre sobre sus cosas y las de sus hijos, tú y tus hermanos, cuando erais niños, luego adolescente y gente adulta.
Mi más sentido pésame y un fuerte abrazo
De Lucía y Paco
Muchas gracias por compartir con nosotros esos sentimientos hacia tu padre que te honran y engrandecen, me encanta que recuerdes todo lo bueno de él, y que te quedes con eso. Espero que nosotros, seamos capaces también de dejar ese poso de amor en nuestros hijos, y a través de esos buenos recuerdos conseguir un poquito de inmortalidad, como lo ha hecho tu padre.
ANIMO Y GRACIAS, TE QUEREMOS.
Cari Sancho
Has quedado definitivamente huérfano de padres, pero afortunadamente sé que sigues con familia numerosa en amigos y felices recuerdos. Mi más sincero pésame desde Cartagena.
Entro a diario en tu bitácora, Felipe, y acabo de enterarme del fallecimiento de tu padre. Lo siento mucho por ti. No tuve el gusto de conocerlo, pero por tus sentidas palabras deduzco que fue, sobre todo, un hombre bueno, y eso es lo que, de seguro, quedará en ti para siempre.
Un abrazo muy fuerte de esta paisana que no tuvo ocasión de dártelo personalmente.
Un abrazo, Felipe.
Felipe, ya comenté en su dia cuando fallecio el padre de "Lucia Sanchez" lo irónico de vivir ó morir, ten presente que mientras mantengas vivos los recuerdos de tus seres queridos en el tiempo, estos en cierto modo no moriran nunca.
Recibe desde tierras cartageneras mi mas sentido pésame.
Muchas gracias a todos por vuestros comentarios. La vida sigue y yo tengo que poner en orden muchas cosas, creo que lo mejor es intentar volver a mi rutina, mi familia, mi trabajo y mi baloncesto.
Un abrazo sincero.
Por este medio te envío un fuerte abrazo. Las buenos momentos vividos quedan en la memoria y de seguro que de esos teneis muchos. Que no les deje la fuerza y el buen ánimo que siempre han tenido! Carlos E.
Me e enterado tristemente de tu perdida, por lo que te mando mis condolencias.
MIGUEL MUÑOZ
Mi mas sentido pésame. Un abrazo desde Córdoba
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