Con el final de la pesadilla llega el momento en que se mezcla la primavera con las buenas intenciones. Supongo que la mayoría sabe a lo que me refiero, es fácil de adivinar. Ayer terminó la larga agonía de un equipo que desde hace meses sabía cual era su destino y que solo unos pocos no querían ver. Se ha hablado, y mucho, de la falta de criterio para hacer un equipo más o menos competitivo para una liga que exige cierto nivel deportivo. Hablar ahora de falta de criterio o de falta de conocimiento, que también ha existido, es perder el tiempo.
El club ha vuelto a la Leb, una categoría que le es familiar y de la que parecía estar algo lejos tras estar cuatro temporadas en la segunda mejor liga del mundo.
Algunos, pocos por cierto, dijimos con la llegada del nuevo propietario y sus inquietudes renovadoras que largar a un entrenador con contrato, que además de subir al equipo lo había mantenido entre los mejores durante tres temporadas era una mala idea.
Alguien, recuerdo en el pasado verano, me dijo a modo de secreto: Van a traer al "Guardiola" del baloncesto, por eso se quitan de encima a Hussein. El Guardiola no era otro que Moncho Fernández, un buen entrenador en la liga Leb pero sin conocer la palabra ascenso, y que decidió aceptar la propuesta de un club de ACB que le daba una oportunidad para estar en ese club tan selecto que es entrenar en la liga ACB.
Moncho, por razones evidentes, duró solo unos meses y a principios de diciembre se volvió casa con dos victorias en once jornadas.
Si él, Moncho, aceptó entrenar a ese equipo sin mediar en la formación del mismo tiene la misma responsabilidad que la persona encargada de hacer la plantilla.
Luego llegó Edu Torres y su experiencia solo sirvió para que se dieran cuenta, muy tarde evidentemente, que con ese equipo no iban a ningún sitio. Se marchó Powell y luego Delininkaitis, dos jugadores que no habían jugado en ACB y a los que la responsabilidad y su falta de adaptación les pasó factura. Luego vinieron, cuando el equipo era cadaver anímicamente, Asselin y Amara Sy, dos refuerzos con los que no se cambió casi nada y apenas se notó en el rendimiento del equipo. Cuando llegó Shammond Williams "El Breve", la situación era definitiva, pues el equipo no solo era cadaver, además olía a muerto. Con Torres se terminó la temporada, se jugaron 23 partidos y se ganaron 3, el tema no cambió lo más mínimo a pesar de nuevo entrenador y nuevos jugadores.
Ahora ya se ha confirmado la no continuidad de Torres y algunos apuntan el nombre de Luis Guil como el hombre del nuevo proyecto Carabante en liga Leb. Según se apunta desde fuentes del club los entrenadores asistentes tampoco continúan y el único despedido hasta el momento, hoy mismo, ha sido Miguel Ángel Pérez, ex-delegado del primer equipo y desde hace un tiempo trabajando en el departamento de marketing del club. Curioso despido de un hombre de club que fue imagen de la liga durante algún tiempo tras la histórica salvación de Valladolid. Digo que es curioso, pues algunos buscaban responsabilidades para justificar tan mala temporada y la primera cabeza en caer es la de un hombre de baloncesto de Murcia desde hace más de 20 años. No me diréis que al menos es curioso, pues si el hombre llevaba alguna otra cosa para delante en ese club hay algún otro que debía estar fuera desde hace años y precisamente no es un hombre de baloncesto. Pero supongo que antes o después conoceremos el porqué de estas cosas.
El club no da demasiada importancia a este despido y hoy cierra su web con una operación altura en la que seguirá esquilmando los caladeros ajenos, si no se respeta el pacto de no agresión deportiva entre clubes de la región con el club ex ACB. El caramelo de jugar en el club más importante de la región sigue siendo muy atractivo para algunos niños y para muchos padres, es ley de vida. Si miramos un poco hacia las últimas semanas, nos encontramos que esas más que potenciales selecciones de los mejores jugdores, han ganado el campeonato junior por 2 puntos de ventaja y de 5 el campeonato cadete a dos clubes de municipios con tradición cestista. No se ve una gran diferencia en el trabajo de unos y otros, tratando de ser lo más objetivo posible.
1 comentario:
Es como si hubieran largado a Juan Marcos del C.B. Archena
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