Esta mañana, cuando tomaba el desayuno en la cafetería del centro deportivo donde trabajo, he ojeado, como cada día, el periódico de tirada nacional "El País" y me he encontrado con la suerte de poder leer un interesante artículo sobre un personaje muy importante para el baloncesto internacional y sobre todo para mi como entrenador, Bobby Knight.El artículo en cuestión, titulado "Otra estrella para el General" y firmado por F. Giamperi, me trajo a la memoria un partido de baloncesto que seguramente marcó mi vida para siempre. He tratado recordar la fecha exacta y curiosamente no he podido dar ella, la verdad es que ha pasado mucho tiempo, a pesar de consultar esta herramienta tan importante como es Internet.
Leyendo el artículo y teniendo en cuenta que Coach Knight entró en la Universidad de Indiana en 1971, yo tenía por entonces 14 años, no pudo ser mucho más tarde de 1973 o 1974, pues si que recuerdo, que en ese partido que jugaron en el fantástico parquet de la Avenida de Anaga contra el Náutico de Tenerife, había jugadores que luego fueron Campeones de la NCAA en 1976 como Scott May, Tom Abernethy, Kent Benson, Quinn Buckner o Steve Green. Algunos de estos que luego jugaron muchos años en la NBA, estaban seguro.
El partido con la cancha donde no cabía un alma, que ambiente se vivía en esa época en Tenerife con el baloncesto, fue fabuloso y recuerdo muy bien el espectáculo que nos deparó el Coach Knight, se peleó con los árbitros, con sus jugadores, con la policía de entonces (los famosos "grises) y nos hizo pasar una noche inolvidable para todos los que nos reunimos en aquel partido.
Creo, sinceramente, que marcó un antes y un después en mi persona, que por entonces estudiaba bachillerato y jugaba a baloncesto, muy mal por cierto, pero que ya quería ser entrenador de este apasionante juego.
Y
o, ya lo he contado en este blog anteriormente, tuve mucha suerte, al inicio, con mi carrera como entrenador, con 20 años y mi título de entrenador nacional (así se llamaba antes al Título Superior) me dieron la posibilidad de entrenar a uno de los mejores equipos de baloncesto en categorías inferiores que tuvo nunca Tenerife, el Náutico juvenil. Con ese equipo y con esa edad nos proclamamos Subcampeones de España en La Coruña.
o, ya lo he contado en este blog anteriormente, tuve mucha suerte, al inicio, con mi carrera como entrenador, con 20 años y mi título de entrenador nacional (así se llamaba antes al Título Superior) me dieron la posibilidad de entrenar a uno de los mejores equipos de baloncesto en categorías inferiores que tuvo nunca Tenerife, el Náutico juvenil. Con ese equipo y con esa edad nos proclamamos Subcampeones de España en La Coruña. Luego, al poco tiempo, con solo 24 años (febrero, 1981) y cumplidos unos meses antes, me llegó la oportunidad de entrenar en División de Honor (hoy ACB) y debutar en Vitoria con una victoria frente al Basconia, antes se escribía con "C". Eso que pasó hace mucho tiempo y todo lo que vino después, seguramente no hubiese ocurrido si yo no hubiese visto aquel partido.
En esa época, cuando todavía jugaba y empezaba a pensar como entrenador, la persona que más influyó para que yo fuera entrenador de baloncesto, fue sin ninguna duda Víctor Floreal Concepción, Víctor era Presidente de la Federación de Baloncesto de Tenerife y el me animó a dar el paso de dejar de jugar y dedicarme a entrenar. El me mandó a Barcelona con 18 años a vivir una experiencia única con Lou Carnesseca, un clínic en el que compartí residencia con jugadores jóvenes que luego fueron muy importantes en el baloncesto canario, tipo Eduardo Aciego o Manolo de las Casas, o en el baloncesto nacional, como Alfonso del Corral. Pero bueno esta parte de la historia se merece un apartado especial.
Es cierto, seguramente si yo no hubiese estado en ese partido en el RC Náutico de Tenerife donde jugaron los Hossiers de Indiana con Bobby Knight al frente, mi historia personal hubiera sido muy diferente.Por eso quiero rendir mi pequeño homenaje particular a un entrenador de baloncesto que todavía ocupa espacio en la prensa internacional, que se ha atrevido a desafiar a los más grandes imponiendo su criterio y filosofía, muchas veces equivocada en las formas, sobre el conformismo y las normas. En la actualidad disfrutan de su genio y figura en la Universidad de Texas Tech, tiene casi 900 victorias en la NCAA en 40 años como entrenador de esta liga y seguramente seguiremos oyendo hablar de él por sus formas y manera de entender como se entrena y se educa a un grupo de jugadores que quiere jugar a baloncesto y además ganar. Una perla que saco del artículo de El País: "Cuando todo esto haya acabado quiero que me entierren boca abajo para que mis detractores puedan besarme el culo", dijo Knight en una ocasión.

























































O está la situación que vemos en el gráfico, la de pegarnos mucho al hombre que bloque y