viernes, mayo 24, 2013

EN VOZ ALTA...

Que no está el horno para bollos en ningún sitio es una realidad palpable y mucho más si nos circunscribimos a todo nuestro territorio nacional, incluidas las islas, Canarias y Baleares y el territorio español en el norte de África, Ceuta y Melilla
Estamos pasando tal momento de desasosiego generalizado que parece que lo que iba a pasar en un par de años se ha estabilizado con nosotros y aquellos imaginarios brotes verdes que vio algún "fumado" del gobierno anterior, se lo han terminado de fumar, que aunque haya sido de manera imaginaria les ha afectado gravemente, los del actual gobierno. 
Está claro que unos mataron a la gallina de los huevos de oro y los otros se comieron los huevos en unas tortillas que además les han salido quemadas y algunos, los menos, hasta parece que van a la cárcel aunque sea por una horas. 
Nuestro país parece que no tiene remedio por mucho que unos se empeñen en protestar y otros intenten pasar mirando para otro lado, siempre fuimos un territorio de fiestas y panderetas, no me atrevo a repetir de lo de país y no me aventuro con lo de nación para que no se enfaden mis amigos más radicales de la izquierda o de la derecha. Creo que no tenemos remedio, por lo menos a corto o medio plazo, nos toca apretarnos el cinturón por lo menos un par de agujeros más y aunque cuando se nos ocurre salir a la calle, nos encontramos las fiestas, los bares y hasta los restaurantes llenos. Creo que más antes que después, esto nos terminará afectando gravemente a todos si la situación no escampa un poco y todos, y cuando digo todos me refiero a todos, nos pongamos manos a la obra, aunque sea comprando solo productos españoles como diría el "artista" Bertín Osborne.  
Los que suelen leer mi bitácora saben muy bien que no escribo de política, además de perder el tiempo me produce una urticaria progresiva que no me quito ni con antihistamínicos, hablar o escribir de política es para los desocupados o para los viven de ella, y de estos últimos sobran más del 75% de los mismos en nuestro país. 
Mi juventud me permitió vivir los últimos años de Franco en el poder, ya estaba en mi segundo año de universidad cuando murió el que era por entonces único responsable de su propio gobierno. De entonces, noviembre de 1975, a día de hoy, mayo del 2013, han pasado la friolera de casi 38 años y empiezo a sospechar que si que hemos mejorado en muchas cosas que van desde la libertad individual hasta la colectiva, evidentemente ya con eso valió la pena el cambio, pero hay otras cosas en las que nuestra actual clase política, por llamarla de alguna manera, está dejando en mantillas a la tan temida y denostada época del franquismo más recalcitrante. Que pena y que asco que se me tenga que ocurrir esta comparación.
No quiero seguir escribiendo de lo que no me gusta, algunos me podrían tachar de ser muy poco solidario en algunos temas generales, como este de la política que abarca tantos segmentos y que me gusta tan poco, pero prefiero ser mucho más exigente conmigo mismo y con mis convicciones que comulgar con ruedas de molino que la mayoría de las veces no se sabe muy bien por quien o por quienes están trillando y mucho menos para quienes trillan. Eso si que lo tengo claro. 
Siempre digo que en España tenemos lo que nos merecemos, pero me parece que esto está yendo mucho más lejos de nuestros merecimientos, no creo que por culpa de nuestro arraigo a las fiestas y a las panderetas nos merezcamos tanto castigo en forma de políticos, banqueros y otros chorizos de menor tamaño, que tratan de hacer de nuestras vidas un auténtico sinvivir.
El baloncesto es, al menos para mi, la principal vía de escape de todo eso malo que sucede a nuestro alrededor y soy muy consciente de que hay cosas que no me gustan ni entiendo que están muy intrínsecas en nuestro deporte y en quien lo dirige, tanto a nivel federativo como incluso a nivel profesional, pero me resisto a decaer en el intento de hacer cosas por mejorar nuestro día a día aunque esté muy lejos de grandes logros o por lo menos eso parecen.
Es curioso como se mueve nuestro baloncesto a nivel federativo, por ejemplo, en la resolución de problemas que nos pueden atañer a cualquiera. Cuando escribo a cualquiera lo digo sabiendo muy bien lo que escribo, pues si el problema de los jugadores "jóvenes" extranjeros, cuidado que no digo africanos, parece que no tiene la menor importancia para algunos habría que ponerse en la piel de esos padres que a base de sacrificio logran que sus hijos jueguen al baloncesto organizado y que por tres o cuatro años de diferencia, que al final para algunos no tiene la menor importancia, ven como sus hijos pierden la ilusión por un deporte que a ellos les ayudó a ser mejores personas.
En mi caso personal y tras más de 40 años en este deporte, primero como jugador y luego como entrenador,  también tengo mis quejas. Ya se que son solo eso, quejas y muy personales, pero creo que después de haber entrenado tantos años en casi todas las categorías del baloncesto español, incluso algunas desaparecidas como la Liga Nacional que fue antecesora de la ACB o la maldita Leb Bronce que apenas duró dos temporadas, haber estado por mérito de mis jugadores y del mío propio en un montón de fases finales de Campeonatos de España de casi todas las categorías de formación, haber logrado como entrenador responsable tres ascensos a la liga ACB, desde la Primera B de antes o los dos últimos desde la Leb de ahora, tener un título de Copa de la Adecco Leb Bronce, haber participado en unas cuantas fases de ascenso desde la liga EBA, haber dirigido más de un centenar de partidos en la actual ACB, he tenido la suerte de impartir clinics en España y en otros países del mundo y podría estar escribiendo hasta mañana seguramente las cosas que he hecho y con las que he disfrutado en este deporte, pero ni tengo ganas ni me apetece. Independientemente de que alguno entienda, como suele ser habitual en unos cuantos, lo que no quiero decir.
Después de todo lo anterior sigo sin entender casi nada, no entiendo que méritos, además de caerle bien al responsable de turno, hay que tener para ser seleccionador nacional absoluto o de cualquier otra categoría de nuestro baloncesto. No se, por ejemplo, cual es el baremo para ser profesor del curso de entrenador superior en nuestro país y como estas se me ocurren un montón más de preguntas después de haber visto pasar por este deporte a un montón de gente a la que le dieron muchas oportunidades y luego o bien han desaparecido para siempre o han decidido tomar rutas alternativas en nuestro deporte. No entiendo que cada año se puedan cambiar las competiciones o el modo de llevarlas a cabo, no entiendo que primen los aspectos económicos a los deportivos en que unos clubes u otros jueguen en una categoría u otra. 
Me parece alucinante que haya en el paro buenos entrenadores, que además son buena gente, mientras inútiles y "bienquedas" que se reparten unos pasteles que son incapaces de comer. Y así un montón de cosas que se van sumando y que aunque no me haga alinearme con nadie ni contra nadie, empiezo a entender algunas voces mayores disonantes en torno a  nuestro baloncesto.
Se que alguno al leer esto podría pensar que de que me quejo, pues si no he tenido padrino si que he tenido suegro, creo que no es justo pues con suegro o sin él hay que haber estado en el sitio y haber ganado o trabajado lo que yo he hecho en todos estos años, independientemente de que cuando llegué a Murcia con casi 30 años ya había entrenador en Liga Nacional, tenía más partidos que ningún otro entrenador español en la Primera B de entonces y además de un subcampeonato nacional juvenil masculino, había estado en un montón de fases finales de Campeonatos de España de diferentes categorías como entrenador.  Eso tampoco me preocupa yo seguiré mi camino y en él trataré de hacer las cosas lo mejor posible y lo mejor que se, lo demás ni me interesa ni ahora por estas letras va a conseguir sacarme totalmente de él, me sobran recursos para seguir en la brecha unos cuantos años más y seguir disfrutando de lo que ha sido mi vida en casi todos los sentidos hasta hace bien poco.
Se que esta entrada es muy diferente a las anteriores. Se que en algunos levantará ampollas por el roce o incluso alguna sonrisa sarcástica por sentirse más o menos aludido, con la edad que tengo me la trae al pairo. Incluso esos que solo leen este blog para buscar mis faltas de ortografía o mi exceso de eso que algunos llaman ego, saldrán de esos armarios donde reposan escondidos para acordarse de mi y de las cosa mías que no le gustan. No me importa pues igual que otros muchos de los que comenté antes, son solo eso, aves de paso en esta historia de nuestro baloncesto. Yo ni puedo cercenar ni impedir que nadie se exprese como quiera, solo siento que ahora es muy fácil faltar al respeto y a la verdad, y eso, desgraciadamente es casi impune y no tiene ningún castigo.
Esta entrada es, como dice el título, una reflexión en voz alta, pero sin gritar y sin aspavientos. Solo expresar lo que siento desde hace mucho tiempo y que por unas razones u otras no había sacado a la luz pública ni siquiera aprovechando las lecturas que tiene mi blog, que aunque alguno se disguste por ello, se lee mucho. Seguramente esta segunda parte de la entrada, una vez que quise dejar de lado el escabroso tema político que nos toca vivir, viene derivada sin querer de la primera y toda la suciedad que entraña ese mísero mundo en el que se tiene que mover nuestras vidas y las de nuestros semejantes, casi sin remedio y de un tiempo hacia acá, demasiado largo ese tiempo, por cierto. Es solo lo que pienso ahora y también desde hace tiempo, aunque a lo mejor no había tenido agallas para decirlo, pero creo que me siento mejor una vez que lo he escrito y me sentiré mucho mejor cuando esté publicado.
Como parece que al final me he decidido a publicarlo relajo el ambiente con una canción que me gusta mucho y que además fue la sintonía de uno de los mejores anuncios sobre nuestro deporte en USA, se trata de Drew Holcomb & The Neighbors y su Live Forever, que es algo así como Vive por siempre en la voz de Drew y sus vecinos, espero que les guste tanto como a mi.

1 comentario:

Gino dijo...

A los "bienquedas" a los que te refieres no los veía yo a las 6:30 de la mañana en el Príncipe de Asturias entrenando técnica individual...un día, y otro día...