La ilusión suele ser una gran compañera en viajes importantes, esta vez no fue suficiente. Seguramente el error no está en haber caído frente al Illescas de Toledo, el error es anterior al no haber terminado en la primera posición de nuestro grupo y el evitar a los toledanos hasta la hora final. Pero ya está terminado, no hay vuelta atrás, es lo que hay, ni más ni menos.Después de más de 30 años viviendo intensamente este deporte, creo, y además sin ánimo de desmerecer su juego o su calidad, que Illescas tenía que ascender si o si. Parece un proyecto interesante en un sitio donde no hay ninguna estructura profesional de baloncesto y parece una salida más, para los muchísimos dinosaurios baloncestísticos que perduran en la capital de España.
Siempre he tenido claro que los partidos los suelen ganar los que juegan mejor o los que, en su defecto, saben estar más tranquilos en los momentos más complicados. Independientemente de que alguno te haga pensar en lo contrario. Nosotros, el pasado jueves no estuvimos bien, ni siquiera regular. Es fácil echarle la culpa a la ansiedad del momento y además tampoco encuentro otra explicación. Ellos, con su trabajo e intensidad, pusieron al equipo en esta fase final y ellos con su ansiedad desmedida y mi falta de control de la situación nos pusieron fuera de nuestra ilusión y nuestro objetivo. Esto es el juego, ni más ni menos.
Personalizar las responsabilidades o desviar la atención sobre si éste o el otro no estuvieron a su nivel habitual siempre me ha parecido de muy poco estilo. Es mucho más simple, no estuvimos bien y el otro equipo supo aprovechar su momento y, sobretodo, su experiencia. Siempre hay alguno, buenos amigos y otros no tanto, que te recuerdan situaciones puntuales del partido como si tenías que haber cambiado a éste o al otro o simplemente si no estuviste más listo con ésta u otra defensa. Es ley de vida, el que es entrenador de baloncesto o de cualquier otro deporte de equipo lo sabe y seguramente no cambiará nunca.
mis jugadores en primer lugar, por los directivos que han hecho posible que lleguemos juntos a esta parte del camino en segundo lugar, y por todos los archeneros y murcianos que el otro día se dieron cita en el Príncipe de Asturias, partido con mayor asistencia de público de toda la fase, para animarnos y apoyarnos en tercer y último lugar. Ellos lo que vinieron de Archena cargados de ilusiones para animarnos se merecian otro partido y eso no se puede arreglar de ninguna manera. Lo siento de verdad.
Ascender el Santa Pola como campeón de la EBA con Quini García de entrenador ha sido la única alegría de esta fase. Básicamente por Quini y luego por algunos de sus jugadores a los que he entrenado (Samuel, Antonio, Fernando y Saulo) y por los otros con los que he competido ésta temporada y me parecen excelentes competidores (Romá Bas, Fran Cano, Fco. Javier Franco, Albert Ausina, Asier Martínez y Adrian Suarez). Quini ha demostrado lo que es capaz de hacer como entrenador, su salida del CB Murcia no fue la soñada por nadie que se dejó su piel en el campo por un club como jugador y luego como entrenador.

Recuerdo muy bien la primera impresión: mucha luz, muy cálida, amistosa, mucho ambiente, la Plaza de Las Flores, la Gran Vía, el Príncipe de Asturias con un piso verde horroroso, las marineras con anchoas, las cervecitas...sin duda alguna me impactó. En ese momento no podía imaginarme en ningún momento que mi vida iba a quedar ligada a esta tierra para siempre, que cosas tiene la vida.






