martes, julio 22, 2014

TREINTA Y DOS DÍAS DESPUÉS...

Como reza el título de la entrada, un mes y dos días después me reincorporo a esta plataforma tan personal que es mi blog. Sinceramente creo que me merecía este descanso tras muchos años en la brecha y seguramente ustedes mucho más que yo. Pasan los años de forma inexorable y aunque aparentemente de motor, chapa y pintura parezca que estoy muy bien, la realidad cotidiana me dice otras cosas muy diferentes. 
Creo que después de tanto tiempo, una eternidad para algunos de mis lectores y escaso para otros, esta entrada será pura y exclusivamente de cosas muy mías. Lo advierto de antemano por si alguno no quiere seguir leyendo. Es la primera vez desde que empecé con esta bitácora, a finales de 2005, que paso tanto tiempo sin aportar nada al mismo y espero lograr poder espaciar más mis entradas, esa es al menos mi idea en este momento.
Han sido más de cuatro semanas llenas de baloncesto y de vivencias, que suele ser lo mejor que luego te deja el baloncesto, tres semanas de campus a pleno pulmón y una semana extra llena de intensa actividad relacionada con lo que me tiene que ayudar de alguna manera digna a vivir en los próximos años, independientemente de terminarla con mi primer fin de semana en la playa de este verano y un nuevo "clinic" que sumar a mis 39 temporadas consecutivas vividas en el deporte que ha marcado mi vida en todos los sentidos.
Tengo que decir que después de unos cuantos años el poder vivir desde dentro esos turnos de campus que llevan mi nombre desde hace nueve años, ha vuelto a ser una experiencia realmente gratificante en todos los sentidos. 
Tres semanas llenas de vida, intensidad, alegría, buenos momentos, madrugones, magníficos entrenamientos, recuperación de sensaciones, trabajo con los más pequeños, fundamentos y más fundamentos, volver a sentirme un poco médico que también me hacia falta, así un sinfín de experiencias que seguro servirán para regenerar un poco mis gastadas neuronas.
Tres semanas en las que además tuve que poner también mi grano de arena en que el blog del mismo fuera diario para que todos los padres, familiares y amigos pudiesen seguir las actividades de cada turno desde la mañana a la noche sin faltar a esa cita diaria que supone luego contarlo en el blog. Detalle que junto al seguimiento, casi al momento, de los turnos desde la plataforma que supone el Facebook, nos permite dar un servicio extra que no está al alcance de casi ningún campus de este estilo que nosotros conozcamos.
Quizás por eso este verano hemos reunido la friolera de 266 jugadores o futuros jugadores, chicas y chicos, en tres semanas con una ocupación muy por encima del 100% previsto, estaba en un total de 250 participantes, en una semanas fantásticas llenas de baloncesto y de mucha e intensa vida en todos los detalles. Me resisto a las comparaciones, cada uno lo hace lo mejor que puede, pero si puedo decir que nosotros intentamos que todos y cada uno de los chicos y chicas que están con nosotros guarden un feliz recuerdo para siempre.
Fantástica experiencia vivida con entrenadores y monitores, además de con los chicos y con Quini García, pues si en algunos casos ya hemos repetido en muchas ocasiones, en otras era la primera experiencia de trabajar juntos y sentir juntos este juego que nos apasiona. 
Entre los nuevos estaban Antonio Ballesta, Txetxi Salesa, Patricio Maldonado...otros con los que se van sumando veranos y experiencias como Josema Castro, pieza clave sin ninguna duda, Félix Laporta, Pepe Llorente, Alex Castro, Fernando Hernández, Nino Solana, Vero Alcaraz, Laura Fernández, Ángela García Hilla, Fran Sánchez, Marcos Molina Jr, José Antonio Martínez "Weeble", Juanjo Coello, Chema Gómez, Salomé García, Alfredo Aranda... la "fisio" de los tres turnos, Maria Belando, o el fotógrafo oficial del Campus, Manuel Tortosa. 
Otros muy jóvenes que compartieron sus primeras experiencias como monitores e hicieron sus prácticas como Adrián Pérez, Alba Ponce, Juan de Dios Tortosa, Fernando Hurtado o Sergio Cano... 
Todos ellos unidos a las fantásticas colaboraciones por días, horas o simplemente en entrenamientos puntuales, como Eugenio Alcaraz, Alex Hernández Maiquez, Ana Belén Molina, Pedro Rivero, Roberto Morentin, Willy Llorca, Carlos Toledo, Juan Ballesta, José Antonio Fernández, José Carlos Hernández Maiquez, Antonio Sánchez Cutillas...
Un montón de buena gente, junto a todos los participantes, chicas y chicos, más jóvenes y más mayores, que nos ha hecho crecer un poco más dotando de más vida, más actividades, más competiciones, más entrenamientos, más convivencias, más juegos y muchas más cosas que me han hecho disfrutar de tres semanas irrepetibles.
Ha sido además un mes duro buscando otros caminos deportivos para el futuro, aspecto en el que la actividad propia del campus me ha ayudado en gran medida a pesar de hacer más kilómetros de la cuenta. 
De este tema, como no se ha terminado definitivamente en ningún sentido, prefiero dejarlo para otra entrada. Una vez que se quede terminado, será el momento de evaluar y comentar. Hay que intentar ser prudentes, aunque sea difícil de veras, hasta el último momento y exista una luz de esperanza. 
Me encantan los comentarios de unos y otros haciendo cábalas y especulaciones sobre el futuro inmediato. Si ya es difícil y muy complicado para los que nos embarcamos en dicha aventura, el oír a unos y otros, a los que les da lo mismo o simplemente les roza por puro interés deportivo, es cuanto menos gratificante. El saber que unos y otros están pendiente de lo que puedas hacer o dejes de hacer siempre es un acicate para seguir en la brecha.
Tras estas tres semanas de campus vuelta a la realidad de una Murcia que hierve en todos los sentidos. El calor sofocante, ningún día por debajo de los treinta y tantos grados, la actuación de algunos cafres que antes se hacían llamar políticos, la actividad incesante de nuestro baloncesto local y la preparación del Clinic de la AMEBA del pasado sábado no me ha dejado tiempo para casi nada. Digo que para casi nada porque este fin de semana me he dado tres bañitos de asiento en el Mar Menor, que casi no dan para nada, que junto a uno que me di en la playa de Los Narejos en la primera semana del campus cierra toda mi actividad veraniega. Ayer incluso me dio tiempo para ponerme hasta colorado por los rayos del sol, ya se sabe que yo no me pongo rojo con nada, como decía el célebre Gigi en su bar de Murcia.
No tenía muy claro participar o no en el Clinic de la AMEBA, que como todos saben está incluido dentro del Curso Internacional de Alto Rendimiento en el Baloncesto que organiza la Universidad de Murcia en San Javier y que cumplió su cuarta edición en esta ocasión. Al final el dar una charla sobre un factor del juego interesante, del que por cierto se abusa de forma desmedida, y hacerlo junto a Quini García, me terminó por decidir.
Muy buen cartel del curso con excelentes profesionales como Maurizio Mondoni, Curro Segura, Pedro Martínez, Gonzalo Rodríguez o el histórico Josep María Margall, uno de los mejores y más elegantes tiradores que he visto sobre una pista de baloncesto, además de otros conferenciantes de nivel que hicieron las delicias de todos los asistentes.
Tengo que decir que el sábado a las cuatro de la tarde y con un calor de justicia, pensaba que seríamos dos dando la charla, los jugadores que nos ayudaban y cuatro amigos casi dormidos como espectadores. La realidad fue bien distinta, muchísimos asistentes a la actividad, mucha expectación, a mi al menos me lo pareció, y una buena tarde de baloncesto hablando del Ataque y la Defensa del Bloque Directo y su continuación.
Esta era mi segunda participación como ponente en este curso internacional, que pone en marcha cada verano el entrenador murciano Juan Carlos García, en las cuatro ediciones que hasta el momento se han celebrado. Ya me tocó estrenar charlas en la primera del 2011 y ahora en ésta edición del 2014, que tras 39 temporadas ininterrumpidas en el baloncesto, mi primera temporada como entrenador fue la campaña 1974/1975, haciendo siempre alguna cosa, esta era mi primera actividad, fuera del Campus 2014 que la debo englobar en la temporada 2013/2014, en mi cuarenta aniversario como entrenador de este maravilloso juego.
De otras cosas habrá que ir poco a poco, que tiempo hay y ya se sabe, que esto aguanta todo lo que uno quiera, es cuestión de ponerse y escribir, no hace falta más. La marcha de Marcelo Nicola, la llegada de Diego Ocampo, los movimientos en el club más profesional de la región con respecto a sus equipos filiales, las inscripciones regionales en la competiciones nacionales, la marcha de las diferentes selecciones nacionales de formación este verano, la desaparición del Bilbao Basket del panorama ACB, los movimientos sísmicos en Sevilla con la entrada de mi amigo José Luis Galilea, el fichaje de Pau Gasol por los Chicago Bulls, el equipo nacional que jugará el Mundial de España y la selección diseñada por Juan Antonio Orenga. Son, entre otras muchas más cosas, algunos de los aspectos para ir llenando entradas en los próximos días, aunque como siempre estoy abierto a nuevas proposiciones, siempre y cuando no sean indecentes.
Este verano, hasta la fecha al menos, no me ha tocado viajar en estas fechas, como en los dos veranos anteriores, a mi isla. Las cosas no están como para ir tirando cohetes y esperaré a que salga el sol un poco más brillante para acometer un nuevo viaje a mi tierra. Si el campus y el baloncesto es fuente de oxígeno para mi, mi isla y mis rincones, junto a mis hermanos y amigos, es una parte de mi vida a la que no puedo renunciar.
Igual que no puedo renunciar a mis orígenes, tampoco puedo renunciar a seguir corriendo en busca de esos retos que me hacen sentirme mucho mejor, llevo pocos kilómetros recorridos en las últimas semanas pues llegaba tan cansado al final del día que solo corrí los primeros días del campus. La semana pasada intenté volver a poner los pies en polvorosa y el segundo día de correr me pegó un tirón un gemelo de la pierna derecha, que hasta hoy me ha tenido en el dique seco. Mañana martes y tratando de hacerlo muy temprano me reincorporaré al asfalto, espero que la fresca de primera hora de la mañana me permita comerme unas cuantas millas, seguro que volveré a dormir mucho mejor.
Termino esta entrada con música recién descubierta, por lo menos para mi aunque la canción lleve más de un año en el mercado. Es Stromae y su peliculiar Papaoutai. Stromae es Paul Van Haver, un músico belga de origen ruandés que hace cosas tan buenas como esta. Espero que les guste lo mismo que a mi.

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