
Hoy no, hoy empezaré con baloncesto. Y tengo muchas cosas con las que iniciar esta entrada, tanto a nivel personal como en detalles de nuestra vida más cotidiana.
Él, que sigue colaborando con su Marme del alma, ayer acompañaba a Antonio Pérez y sus voluntarios en el 3x3 veraniego de La Manga. Entre partido y partido, con calor para dar y regalar a los casi 100 equipos que participaron, a los familiares, amigos y aficionados al baloncesto que se reunieron en el Pabellón de La Manga y en las canastas exteriores que se prepararon para el torneo, le prometí una nueva entrada lo antes posible y como tengo un rato esta noche, me pongo manos a la obra.
El Capi y todos aquellos que ayer me preguntaron, una vez más por el blog, y la escasa frecuencia de las entradas son un motivo más que suficiente para volver y además con "mi" baloncesto. Lo otro, lo que menos interesa a una parte de los lectores, lo dejo para el final. De todas formas espero que esos lectores lean todo el contenido y escuchen, de paso, también la música que comparto.
Empiezo por lo último, el 3x3 de La Manga, otro sobresaliente para Pérez y su equipo del Marme, una vez más han demostrado que en esto de los 3x3 veraniegos están en un escalón por encima del resto, un éxito en toda regla que teniendo en cuenta el aumento gradual de equipos cada verano, no les quedará otro remedio que hacerlo crecer a doble jornada de sábado y domingo. Eso si, con un calor terrorífico como fijo acompañante.
Buenos partidos, buen ambiente, buenos jugadores jóvenes y emoción en casi todas las finales que se jugaron. La final absoluta la ganaron Juan Rubio, Samuel Alcaraz, Antonio Sánchez Cutillas y mi hijo Juanjo, que curiosamente habían perdido con claridad en la fase previa frente al mismo equipo al que ganaron en la final. De los más jóvenes, desde el minibasket hasta esos que en este torneo han llamado promesas, he visto buenos proyectos de jugadores, algunos los he entrenado en mi campus en los últimos años y a otros, incluso, he podido trabajar con ellos en selecciones infantiles o cadetes, un placer verlos crecer y crecer. Me encanta la pasión que desarrollan algunos jugadores, y padres por supuesto, que vienen de puntos lejanos de la región, su pasión es la misma que yo he vivido durante años y años, eso es lo que más me gusta del baloncesto de formación.



En el interior más de lo mismo, Alejandro Gómez debe buscar un recambio de garantías para reemplazar a Lischuck y tampoco será sencillo. Lima quería volver, hubiese sido un gran refuerzo, pero el Real Madrid lo ha cedido al histórico Zalgiris de Kaunas. Ahora se barajan nombres como el de Diagne, pívot en la nómina del Barcelona y formado en el Fuenlabrada. Yo tengo confianza en que Alejandro Gómez vuelva a dar con la tecla y el equipo siga creciendo como lo ha hecho hasta ahora. Yo lo tengo claro.

Supongo que la federación autonómica hará todo lo que se debe de hacer para solucionar este problema que sería un paso hacia atrás en nuestro baloncesto femenino después de ir creciendo de forma paulatina en las últimas temporadas.

Por último parece que al CB Cartagena, descendido la temporada anterior, parece que volverá a jugar en esta competición y tampoco se sabe muy bien el formato de plantilla que jugará en el equipo de la ciudad departamental, la experiencia de la última campaña les debe abrir los ojos para no pasar los mismos problemas.
Empieza agosto con todo lo que conlleva, calor y más calor. Se me ocurrirían muchas cosas de las que hablar de mi día a día en mi nueva vida, aunque cada vez es menos nueva ya que llevo más de un año en mi puesto. No me gusta jugar a la política, no me gusta nada la demagogia como forma de hacer política y mucho menos me gustan los palmeros en los que se apoyan algunos para dar una imagen muy distorsionada de la realidad, esa realidad que está muy lejos de lo que se dedica a vender en el día a día.
De todas formas esto empieza a ser un tanto estúpido, por decirlo de alguna manera, y algunos detalles incluso kafkianos, pero es lo que hay y lo que me toca lidiar, ni más ni menos.
Música buena para terminar. Rufus Wainwright y su Hallelujah es una auténtica maravilla que vale la pena recordar y creo que es perfecta para terminar esta entrada.
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