
Seguramente sea esa inexperiencia comentada la que no me deja sacar un rato para ponerme las zapatillas y correr, básicamente porque cuando tengo un rato libre lo utilizo para descansar, momento que la mayoría de las veces caigo dormido. Supongo que en breve, si me dejan claro está, podré planificar un poco mejor mi agenda y mis situaciones personales, en caso contrario esto será muy complicado en breve.
Empezó el baloncesto a todo tren y aprovecho para sumar un par de "cosicas" de este asunto que es la base fundamental del mismo. La primera es una colaboración de la semana pasada para el periódico que más se lee en mi tierra, El Día. Hace unas temporadas, desde que el Iberostar Tenerife ascendió a la ACB, el amigo Agustín Arias, periodista de baloncesto y "canarista" de corazón, al que conozco hace casi cuarenta años, me pide mi opinión y a mi me encanta hacerla. La gente del Canarias, el Iberostar Tenerife, que hoy dirige el club son excelentes amigos y hablar bien de los amigos, que en este caso es muy fácil, es muy sencillo.
Se publicó la semana pasada y aunque el Iberostar perdió en Badalona en la primera jornada no cambio ni un punto. Este domingo reciben al Andorra Morabanc en Tenerife y me encantaría que sumaran su primera victoria.
Una temporada más, y llevamos
unas cuantas, el amigo Agustín Arias me pide una nueva colaboración para
evaluar que es lo que puede pasar esta nueva campaña con la “Fiebre Amarilla”.
Por mucho tiempo que pase, y se llame como se llame, el Iberostar Tenerife será
siempre esa “Fiebre Amarilla” que además, cada temporada que pasa, es más de
todos y que nos hace soñar a todos con ver el mejor baloncesto de Europa en
Tenerife. A mí me toca verlos en la península, eso ya lo saben muchos, pero
seguro que como yo, muchos tinerfeños lo seguimos estemos donde estemos.


Rodrigo
San Miguel mejoró sus prestaciones, con respecto a temporadas anteriores, en su
primer año en Tenerife y parece que vuelve a ser el base que todo entrenador
quiere tener en su equipo.
Al sólido trío de exteriores que
ya conocemos, incluyendo el tiempo de baja que estará Saúl Blanco, se les ha
unido jugadores muy polivalentes.
Kerry Carter es un escolta potente que puede
ayudar tanto en aspectos defensivos como en la anotación, es intenso y su falta
de experiencia en el baloncesto europeo estará sustentada en veteranos como
White, O´Leary o Hanley que seguro ayudarán a su rápida integración. Junto a
Carter se incorpora Tim Abromaitis, un alero alto que incluso puede jugar de
cuatro en algún momento determinado. Abromaitis está en el momento justo de dar
el salto a España después de haber jugado muy bien en su periplo NCAA más dos
temporadas en Francia y una Alemania. El grupo de aleros parece lo
suficientemente consistente para tener muchas alternativas.


Sergio Rodríguez, no me quiero
olvidar de él, volverá a ser el mejor base de la liga, y posiblemente de
Europa, una temporada más y eso da todavía más valor a nuestro baloncesto, tan
falto de jugadores de nuestra tierra.
Yo, como siempre, sigo creyendo en el baloncesto
de formación y del trabajo, aunque soy muy consciente que en esta competición
no se puede ir con romanticismos en este sentido. La afición quiere ver a su
equipo ganar y le da lo mismo de donde sean siempre y cuando peleen por su
camiseta y eso, a este Iberostar Canarias, será difícil de igualar. Muchas
suerte para el equipo de mi tierra y de mis amigos, que tengo muchos y buenos,
espero que sea una temporada excelente. La seguiré desde la distancia.

El último apretón del equipo de Fotis Katsikaris en la recta final, gracias a su excelente nivel defensivo, puso contra las cuerdas al equipo de Joan Plaza. Es verdad que un error no puede ser la causa de una derrota, una derrota es la suma de muchas cosas, pero está claro que cuando una victoria se decide por una canasta, cualquier detalles es fundamental para la suerte final. Si esos detalles encima vienen derivados de los errores de los árbitros, la sensación que se queda es muy dolorosa, y eso lo digo por propia experiencia. El trabajo del trío arbitral en el partido fue bastante malo para los dos equipos, pero dejar un partido de ésta liga en manos de Oscar Perea es jugar a una verdadera ruleta rusa y ésta vez salió fatal para el UCAM.
El nivel defensivo del equipo y su fuerza mental para afrontar el partido fue lo que más me gustó del UCAM, el estreno y el juego de Vitor Benite también fue muy interesante, pero también hubieron cosas que me gustaron poco o casi nada. La no presencia en el juego de Víctor Arteaga en el partido, por ejemplo, y la falta de decisión de Augusto Lima en el aspecto ofensivo fueron detalles negativos que para mi fueron significativos.
La lesión de Scott Wood, que no pudo jugar por lesión, parece solucionada y volverá a la cancha frente al CAI en Zaragoza.